Sentir ansiedad es una respuesta natural del organismo
humano al estrés. Una persona puede sentirse ansiosa antes de un examen o
cuando espera una noticia importante.
Cuando una persona sufre ansiedad intensa, puede enfrentar
un mayor riesgo de una suba de la presión arterial que aquellas con niveles más
bajos de ansiedad.
“La ansiedad no causa presión arterial alta (hipertensión) a
largo plazo. Sin embargo, los episodios de ansiedad pueden causar picos
drásticos y pasajeros en la presión arterial”, explicó el doctor Sheldon Sheps,
profesor emérito de medicina y expresidente de la División de Nefrología e
Hipertensión del Departamento de Medicina en Mayo Clinic.
Si esos picos pasajeros se producen con frecuencia, por
ejemplo, todos los días, pueden causar daños a los vasos sanguíneos, el corazón
y los riñones, al igual que la presión arterial alta crónica. Además, las
personas que están ansiosas o estresadas son más propensas a tener hábitos poco
saludables que pueden elevar la presión arterial, como, por ejemplo:
Fumar
Consumir bebidas alcohólicas
Comer en exceso
“Algunos medicamentos para tratar la ansiedad y otras
enfermedades de salud mental también pueden elevar la presión arterial. Entre
estos medicamentos, se incluyen los inhibidores de la recaptación de serotonina
y norepinefrina”, resaltó el experto de Mayo Clinic.