La relación entre el intestino y el cerebro es conocida
desde hace tiempo, pero en los últimos años cobró una nueva dimensión con el
estudio de la microbiota: los billones de microorganismos que habitan en el
cuerpo humano.
Este conjunto microbiano dio lugar al concepto del eje
microbiota-intestino-cerebro, con creciente relevancia en el estudio de
trastornos psiquiátricos, neurodegenerativos y del neurodesarrollo.
Tal es su importancia, que el APC Microbiome Ireland, un
instituto de investigación de la University College Cork (Irlanda), propuso el
Día Mundial de la Microbiota el 27 de junio en reconocimiento al papel que
tienen las bacterias y la microbiota intestinal en el mantenimiento de la
salud.
Algunas de las recomendaciones para favorecerla son:
Aumentar la fibra. Algunas excelentes fuentes de alimentos
con alto contenido de fibra son: verduras de hojas verdes, legumbres, semillas
de lino y cereales integrales saludables.
Consumir más polifenoles. Se recomienda comer alimentos
ricos en ellos como zanahorias, arándanos, frutillas, frutos secos,
especialmente avellanas y nueces, y aceitunas negras. Todos estos son muy
importantes porque tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y fibra.
Comer alimentos ricos en probióticos y prebióticos. Los
probióticos son alimentos que contienen ciertos tipos de bacterias beneficiosas
para el sistema digestivo, como los yogures naturales, el kimchi, el kéfir y la
kombucha. Entre los vegetales: cebollas, alcauciles, bananas, avena, ajo, lentejas y
espárragos, entre otros.
Utilizar más hierbas y especias. Las especias y las hierbas
frescas son ricas en polifenoles vegetales, abundantes en antioxidantes y
propiedades antiinflamatorias. Se puede condimentar las comidas con: cúrcuma,
pimienta negra, ají molido, menta, orégano, perejil, tomillo, jengibre y ajo.
Aumentar el omega-3 en la dieta. Según el Instituto de Salud
de Estados Unidos, los ácidos grasos omega-3 se encuentran en: pescado y
mariscos (pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques, y
sardinas), nueces y semillas y aceites vegetales.