Los ruidos articulares, como crujidos o chasquidos en las
rodillas, son una experiencia común que suele generar inquietud. Sin embargo,
la mayoría de estos sonidos no se relacionan con daño articular ni con
enfermedades graves, según estudios recientes.
Este fenómeno, conocido como crepitus, suele formar parte de
la mecánica normal de las articulaciones y no siempre representa un motivo de
preocupación. Aunque el crepitus puede relacionarse con afecciones como la
artrosis, en muchos casos no existe una patología subyacente.
El crepitus se define como el sonido de crujido, chasquido o
roce que se produce durante el movimiento de una articulación, especialmente la
de la rodilla. Mitchell McDowell, cirujano ortopédico y presidente de M Bone
and Joint, explicó a National Geographic que “es un fenómeno común y, la
mayoría de las veces, parte normal de la mecánica articular”.
Las causas más frecuentes incluyen la formación y colapso de
pequeñas burbujas de gas en el líquido sinovial, el roce de tendones o
ligamentos con prominencias óseas, y el desgaste del cartílago que recubre la
articulación. Este cartílago actúa como un amortiguador que facilita el
deslizamiento suave entre los huesos. Su deterioro con el tiempo puede aumentar
la probabilidad de ruidos articulares, aunque esto no implica necesariamente
daño ni enfermedad.