Las semillas de calabaza, conocidas también como pepitas se
han consolidado como un alimento funcional de alto valor nutricional. Su
creciente popularidad se debe a su perfil nutricional y a los beneficios
comprobados que aportan a la salud.
Investigaciones de la Cleveland Clinic, la Universidad de
Harvard y expertos como la nutricionista Tatiana Zanin, señalan que
incorporarlas a la dieta puede fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la
salud cardiovascular y favorecer la digestión, siempre que se preste atención a
las formas de preparación y a las posibles contraindicaciones.
Según Cleveland Clinic, las semillas de calabaza se destacan
por su alta concentración de magnesio, hierro y zinc, junto con proteínas de
alta calidad y grasas insaturadas. El magnesio resulta esencial para fortalecer
el sistema inmunitario, regular el ritmo cardíaco y mantener estables los
niveles de azúcar en sangre, y participa en más de 600 reacciones químicas
corporales, de acuerdo con la Universidad de Harvard.
Una porción de 100 gramos aporta alrededor de 559 calorías,
49 gramos de grasas, 30 gramos de proteínas y 6 gramos de fibra.