La pregunta sobre si se puede disfrutar un helado todos los
días sin poner en juego la salud es habitual entre quienes buscan equilibrar
placer y bienestar.
Según especialistas consultados, la respuesta
varía de acuerdo con el contexto individual y la capacidad de mantener la
moderación. Aunque el helado es ampliamente apreciado, su inclusión diaria
requiere vigilar tanto las porciones como la calidad nutricional del resto de
los alimentos que se consumen a lo largo del día.
Organizaciones como la Academia de Nutrición y Dietética de
EEUU sostienen que es posible incluir postres como el helado dentro de una
dieta equilibrada, siempre que se controlen las porciones y se prioricen
alimentos ricos en nutrientes a lo largo del día.
Sin embargo, convertir el helado en un hábito cotidiano
puede incrementar de manera rápida el consumo de calorías, azúcares y grasas
saturadas, aumentando así el riesgo de sobrepeso, resistencia a la insulina y
enfermedades cardiovasculares.