Para llevar una dieta sana y equilibrada, no pueden faltar
en ella los pescados, que son fuente de proteínas saludables y sus nutrientes
velan por nuestro bienestar general.
Más allá del salmón, el atún o el bacalao, existe un pescado
azul cuyo sabor atrapa los paladares y está repleto de excepciones propiedades
nutricionales: la trucha.
La Fundación Española de Nutrición (FEN) expone que este
pescado de agua dulce cuenta con un gran aporte de proteínas, ácidos grasos
omega-3, y vitaminas esenciales, como la B12 y la B3.
La trucha es un alimento ligero y fácil de digerir, lo que
la convierte en una excelente opción para personas de todas las edades,
incluidos niños y adultos mayores.
Esta característica es especialmente útil para aquellos que
tienen problemas digestivos o condiciones que requieren una alimentación suave
y nutritiva.
La facilidad con la que el organismo digiere la trucha
permite una rápida absorción de sus nutrientes, aprovechando así al máximo sus
beneficios sin sobrecargar el sistema digestivo.
Además, como no es un pescado excesivamente graso, es menos
propenso a provocar molestias estomacales en comparación con otros alimentos
más pesados.