Durante años, los huevos fueron considerados un alimento
controvertido por su contenido en colesterol. Sin embargo, investigaciones
recientes han demostrado que pueden formar parte de una dieta saludable,
incluso en personas con enfermedad renal, siempre que se consuman bajo
orientación médica y en porciones adecuadas.
Según la Cleveland Clinic, los huevos son una fuente
excelente de proteínas de alta calidad y contienen nutrientes claves como la
vitamina D, antioxidantes y grasas saludables. No obstante, su contenido de
fósforo—concentrado principalmente en la yema—puede representar un riesgo para
quienes padecen enfermedad renal crónica (ERC), especialmente en estadios
avanzados o bajo tratamiento de diálisis.
Las instituciones como la National Kidney Foundation (NKF) y
la American Kidney Fund (AKF) recomiendan evaluar cuidadosamente el consumo de
huevos, adaptándolo a las necesidades individuales de cada paciente.
La cantidad recomendada de huevos por día dependerá del
estado clínico del paciente, su función renal y el tipo de tratamiento que
reciba. Para las personas en hemodiálisis o diálisis peritoneal, el
requerimiento proteico es mayor, y los huevos pueden ser una fuente importante
de proteínas de alta calidad.
Según la AKF, los pacientes en diálisis pueden beneficiarse
del consumo regular de claras de huevo como fuente proteica, pero deben limitar
el consumo de yemas por su contenido de fósforo. En cambio, en etapas tempranas
de la ERC, podría ser necesario moderar el consumo total de huevos y priorizar
otras fuentes de proteínas con menor carga mineral.