A diferencia del cerebro y la médula espinal, las células
nerviosas periféricas, cuyas largas extensiones llegan a la piel y los órganos
internos, son capaces de regenerarse después de una lesión.
Es por esto que las lesiones al sistema nervioso central se
consideran irreversibles, mientras que el daño a los nervios periféricos puede,
en algunos casos, sanar, incluso si toma meses o años. A pesar de décadas de
investigación, los mecanismos detrás de la regeneración de los nervios
periféricos siguen siendo solo parcialmente comprendidos.
En un nuevo estudio publicado en Cell, investigadores del
laboratorio del Prof. Michael (Mike) Fainzilber en el Instituto de Ciencias
Weizmann descubrieron que una familia de cientos de moléculas de ARN sin
función fisiológica conocida es esencial para la regeneración nerviosa.
Sorprendentemente, el estudio mostró que estas moléculas
pueden estimular el crecimiento no solo en el sistema nervioso periférico de
ratones sino también en su sistema nervioso central. Estos hallazgos podrían
allanar el camino para nuevos tratamientos para una variedad de lesiones
nerviosas y enfermedades neurodegenerativas.