Cada 13 de septiembre, se celebra en todo el mundo el Día
Mundial del Chocolate, una fecha que rinde homenaje a uno de los alimentos más
valorados desde tiempos antiguos.
La conmemoración se originó en Francia en 1995 como tributo
al escritor británico Roald Dahl, célebre autor de Charlie y la fábrica de
chocolate. Curiosamente, el mismo día también se celebra el nacimiento de
Milton S. Hershey, fundador de la famosa Compañía de Chocolates Hershey, quien
desempeñó un papel clave en la popularización del chocolate en Estados Unidos.
El cacao es conocido por ofrecer varios beneficios para la
salud, especialmente cuando se consume en forma de chocolate negro, que
contiene un alto porcentaje de cacao. Entre los beneficios más destacados, se
encuentran los siguientes:
Reducción de la presión arterial: según una revisión reciente, los flavonoides presentes en el cacao estimulan la producción de óxido nítrico, lo que dilata los vasos sanguíneos y mejora el flujo sanguíneo, ayudando a reducir la presión arterial. Estos efectos son más significativos en personas mayores o con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Control del colesterol: un estudio publicado por el Journal
of the American Heart Association encontró que el cacao puede reducir los
niveles de colesterol LDL (conocido como “colesterol malo”) y aumentar los
niveles de colesterol HDL (el “colesterol bueno”), gracias a compuestos como
los polifenoles y la teobromina presentes en el chocolate negro.
Mejora de las funciones cognitivas: investigaciones de la
Escuela de Medicina de Harvard sugieren que el consumo de cacao puede mejorar
las funciones cognitivas en adultos mayores, favoreciendo el flujo sanguíneo al
cerebro y protegiendo las vías nerviosas.
Propiedades antioxidantes: los flavonoides del cacao actúan
como antioxidantes que protegen las células del daño causado por los radicales
libres, lo que ayuda a prevenir diversas enfermedades crónicas.
Disminuye la inflamación crónica: el cacao y el chocolate
negro han demostrado tener propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a
reducir la inflamación crónica, un factor clave en el desarrollo de diversas
enfermedades, como la diabetes tipo 2, la artritis y ciertos tipos de cáncer.
Además, influye positivamente en el microbioma intestinal, promoviendo un
equilibrio de bacterias beneficiosas que, a su vez, contribuyen a una respuesta
antiinflamatoria en el organismo.