Para muchas familias, las
mascotas son un miembro más del hogar. Ese vínculo afectivo a veces se
refleja en gestos cotidianos, como dormir juntos o compartirles un bocado de nuestra comida. Sin embargo, esto último,
aunque parece un acto de cariño, puede transformarse en un riesgo significativo para la salud de nuestros perros y gatos.
Especialistas en veterinaria destacan que los organismos de
estos animales funcionan de manera distinta a la de los humanos, por lo que
ciertos ingredientes habituales en la mesa, resultan tóxicos o perjudiciales para los animales. Incluso, los
huesos cocidos representan un peligro real, ya que pueden astillarse y causar
obstrucciones o perforaciones intestinales que requieren cirugías de
emergencia.
Los riesgos de darle sobras a tu perro o gato
Dar restos de comida
puede parecer inofensivo, pero implica múltiples riesgos para la salud de las
mascotas. Los veterinarios señalan que los perros, por ejemplo, tienen un metabolismo más sensible que el humano,
y la ingestión de alimentos contaminados con bacterias como la salmonela o mal
conservados puede provocar gastroenteritis e incluso hospitalizaciones.
Los problemas digestivos no son los únicos. Ya que el
consumo habitual de compuestos ricos en grasas y calorías favorece la obesidad,
lo que aumenta la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares,
problemas articulares y daños en órganos como hígado y riñones. Asimismo, alterar la dieta puede generar deficiencias
o excesos de nutrientes esenciales.
Los huesos cocidos, aunque a nosotros no nos hacen daño, pueden ser mortales para ellos, ya que se astillan y causan perforaciones intestinales. Incluso algunos productos cotidianos como golosinas, caramelos, chocolates o comidas muy condimentadas con cebolla o ajo, derivan en intoxicaciones graves.