¿Cuántas veces has deseado poder alargar la vida de tu
perro? Uno de los mayores pesos que
cargan los dueños de estas mascotas es saber
que un día se tendrán que despedir de ellas, pues su esperanza de vida es
mucho menor que la de los humanos. Esta preocupación ha llegado hasta la
ciencia, que ya trabaja para poder alargar la vida de nuestras mascotas (por
poco que sea).
Estados Unidos se
ha convertido en el epicentro de una revolución científica que podría transformar la vida de millones de
perros (y de sus respectivos dueños humanos). Más de 2.000 canes participan
actualmente en dos ensayos clínicos paralelos que buscan extender su esperanza
de vida entre uno y tres años, lo que en términos humanos equivaldría a entre
12 y 24 años adicionales.
La iniciativa parte de dos frentes complementarios. Por un
lado está el proyecto STAY, liderado por la startup biotecnológica Loyal. Esta
administra diariamente una pastilla llamada LOY-002 a perros de menos de 6
kilos y más de 10 años.
Por otro lado está el ensayo TRIAD, coordinado por el Dog
Aging Project de la Universidad de Washington, utiliza la conocida rapamicina, un inmunodepresor que ha
demostrado tener efectos positivos sobre la longevidad en ratones y que ahora
se está probando con perros más grandes, con efectos beneficiosos descubiertos
en la función cardiaca de estos animales.
Del primero de los proyectos hay menos datos, si bien sus
desarrolladores aseguran que el fármaco imita los efectos de la restricción calórica,
una estrategia que en estudios previos
ha logrado extender la vida de labradores hasta dos años.
Por otro lado, el ensayo con rapamicina ha mostrado mejoras en la función del ventrículo izquierdo
del corazón de los perros tratados, sin efectos adversos reportados hasta
el momento. «La rapamicina influye en múltiples procesos que tienen un papel en
la biología del envejecimiento«, cuenta Matt Kaeberlein, director del Dog Aging
Project, en unas declaraciones que recoge eldiario.es. «El más obvio es que se
trata de un inhibidor de la proteína mTOR, lo que lleva a una disminución de la
inflamación crónica, lo que llamamos inflamación estéril, propia de la edad
avanzada«, añade.
“A medida que envejecemos, parece que hay una especie de
desregulación persistente de mTOR y eso provoca inflamación crónica. (…) Una
forma simple de entenderlo es que la
rapamicina restablece el equilibrio entre el crecimiento, la reproducción y la
resistencia al estrés”, explica el experto.
¿Un antecedente para
tratamientos antienvejecimiento en humanos?
Los científicos señalan que los perros son modelos ideales para este tipo de estudios por su
cercanía genética y ambiental con los humanos. Los perros conviven con
nosotros y comparten nuestro entorno, un factor que no está presente en las
investigaciones con otros animales de laboratorio, como pueden ser los ratones.
En este punto saltan numerosas incógnitas, ya no solo relacionadas con los avances de estas investigaciones en los perros, sino que además se sientan bases para futuros tratamientos antienvejecimiento en humanos. ¿Podría una pastilla alargar la vida de las personas? No resulta tanta locura si pensamos que los avances en la medicina llevan siglos aumentando la esperanza de vida en los seres humanos.