Siempre queremos mimar a nuestros animales con todo lo
que esté a nuestro alcance y con las mismas cosas que nos causan placer a nosotros.
Comida que sobra, superficies blandas para dormir, juegos o incluso paseos a
lugares poco frecuentes, como la playa o el campo.
Un punto donde
también tratamos de que tengan lo mejor
posible es en el alimento, y en ocasiones pensamos que cambiándoles el sabor no se aburrirán. Pero esto en
particular no aplica de la misma manera para ellas que para nosotros.
Los perros tienen
1.700 papilas gustativas y los gatos
tienen 500, mientras que los humanos
tenemos 9.000, entonces nuestra capacidad para percibir sabores distintos
es mucho más amplia.
De hecho, tantos perros como gatos no se rigen
principalmente por el sentido del gusto, y entran en juego otras
propiedades organolépticas de los alimentos, considerando también que su
principal sentido es el olfato. Sus sentidos son mucho más complejos, ya que,
ejemplo en el gato es que tienen 200
millones de células olfativas en su nariz, mientras que los humanos tenemos
solo 5 millones.
"En la
palatabilidad (la aceptación de un alimento por parte de una mascota en lo que
se refiere a los aspectos de olor, sabor y textura) al menos en lo que se
refiere a gatos y perros, son muchos más los aspectos que inciden en comparación
con los humanos. Aroma, textura, sabor, forma y temperatura se conjugan para
armar un panorama completo", señalan desde Royal Canin.
"¿Un truco para hacer
atractivo un alimento? Prueben
añadiendo un poco de agua tibia, o bien fomentando la mezcla de alimento húmedo
y seco, no solo se hidratarán, sino que estimularan sus sentidos",
explican.
De forma
adicional a la palatabilidad, lo más
importante es el componente nutricional de los alimentos que consumen
nuestros animales, y que por ese motivo existen distinciones por edad, estilo
de vida, estado fisiológico y tamaño, además de la condición de salud que tenga
el perro o gato. Por ese motivo, es muy
importante realizar controles cada cierto tiempo a nuestros perros y gatos,
para garantizar que el alimento que están consumiendo no solo se condiga
con su edad, sino que también con otras variables. Si fuera necesario realizar
un cambio en el tipo de alimento, es importante hacerlo de forma gradual.