Los perros que tienen ciertos
parásitos intestinales, sobre todo gusanos redondos, vomitan con
frecuencia; de hecho, los gusanos pueden llegar a aparecer en el vómito del perro
infestado. Si nuestro perro también presenta otros síntomas, como tos, diarrea,
pelaje mate o sucio, arrastra el trasero o tiene hinchazón y dolor abdominal,
adelgazamiento y malestar general, debemos sospechar claramente de este
problema parasitario.
El veterinario diagnosticará la parasitosis
intestinal examinando las heces en busca de huevos microscópicos o bien intentará hallar gusanos adultos
en las heces o en el vómito. Es recomendable que de vez en cuando se realicen
análisis de las heces para comprobar si todo está bien.
La mayoría de los
parásitos intestinales son fáciles de tratar con medicamentos por vía oral,
aunque lo fundamental será administrar los productos preventivos de forma
puntual y periódica de por vida. Deberán seguirse las instrucciones de cada
producto pesando a nuestra mascota y asegurándonos de administrarle la dosis
correcta. A veces, los cachorros vomitan después de recibir el tratamiento.
Vómitos por parásitos
intestinales en gatos
En cuanto a los
gatos, también es cierto que todos vomitan alguna vez, pero si estos vómitos se
producen muy a menudo pueden indicar que hay alguna causa importante y debemos
acudir cuanto antes al veterinario. Algunas
causas habituales son los empachos, las intolerancias a ciertos alimentos o la
ingesta de alimentos de baja calidad, así como las bolas de pelo, la
inflamación del páncreas, procesos víricos o parasitarios, envenenamientos y
problemas de tiroides o de riñón.
Los parásitos intestinales en gatos son un problema frecuente, que puede alcanzar un 45% de afectación en
ciertas circunstancias. Pueden ser gusanos o bien organismos microscópicos.
En general, los síntomas son bastante genéricos, como pelaje mate, diarrea,
heces con moco o sangre, falta de apetito, palidez de mucosas o vientre
hinchado y, a menudo, también vómito. El vómito, que puede fácilmente comportar
deshidratación, sobre todo si tiene lugar junto a diarrea, puede debilitar al
gato y hacerlo más vulnerable a otras infecciones.
Si el gato ha
vomitado de forma aislada y puntual, basta con dejarlo en ayunas durante un día
completo, dejándole siempre el agua para que beba cuanto quiera. Después, será
suficiente con una dieta blanda unos días hasta que el estómago se recupere. En
cambio, si el vómito es repetido y va
acompañado de los demás síntomas mencionados, es importante llevar a la
mascota al veterinario y asegurar una pauta correcta de desparasitación
periódica y con los productos y dosis indicados por el veterinario.