Un vaso de agua al despertar podría ser más beneficioso de
lo que muchos imaginan. Según un estudio publicado en 2020 en la Revista
Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública, consumir 500
mililitros (aproximadamente dos vasos) de agua tras 12 horas de deshidratación
mejora la memoria, eleva el estado de ánimo y además, claro está, alivia la
sed.
Este hábito, aparentemente simple, tiene implicaciones importantes
para la salud, desde la rehidratación hasta la optimización de funciones
metabólicas.
Durante el sueño, el cuerpo pierde líquidos a través de
procesos fisiológicos como la respiración y la sudoración. La doctora Shiara
Ortiz-Pujols, directora de medicina de la obesidad en el Hospital Universitario
Northwell Staten Island, explicó al New York Post que esta pérdida de agua
puede afectar el funcionamiento óptimo del organismo al despertar.
Beber agua al levantarse ayuda a reponer estos líquidos y
prepara el sistema digestivo para los alimentos que se consumirán más tarde.
Según la experta el agua tibia puede ser especialmente beneficiosa, ya que
estimula el sistema digestivo, promueve movimientos intestinales regulares y
alivia el estreñimiento. Por otro lado, el agua fría puede activar ligeramente
el metabolismo, ya que el cuerpo necesita trabajar para calentarla.