Argentina registra la mayor incidencia mundial de Síndrome
Urémico Hemolítico (SUH) en niños y niñas menores de cinco años. Esta
enfermedad, causada por la bacteria Escherichia coli productora de la toxina
Shiga (STEC), puede generar secuelas renales, neurológicas e incluso la muerte.
Lo peor del SUH es que está al acecho, porque logró penetrar
la vida cotidiana de cualquier familia. Es así que se transmite principalmente
a través del consumo de alimentos o agua contaminados. Por contacto directo con
personas o animales infectados, y también por el contacto con materia fecal.
Frente a este escenario, un desarrollo biotecnológico
argentino da señales concretas de esperanza: el fármaco INM004, diseñado por la
biotecnológica nacional Inmunova, que mediante una herramienta de vanguardia se
encuentra en la fase final de los ensayos clínicos.
El avance no solo representa una posible respuesta médica a
una enfermedad sin tratamiento específico, sino también un ejemplo de
colaboración entre ciencia básica y producción nacional.