Las mascotas juegan
un papel muy positivo y enriquecedor en la vida emocional de los niños,
derivando en múltiples beneficios socioeducativos para toda la familia. Con la
ayuda de las mascotas, los padres pueden
enseñar a nuestros hijos, importantes valores como la confianza, la
autoestima, la responsabilidad y la amistad.
Los pequeños de la casa comprenden que los animales, al igual que ellos mismos, requieren cuidados, respeto y atención. Por ello, los niños están dispuestos a dedicar parte de su tiempo a cuidar a su perro, a renunciar a un juguete para dárselo a su “amigo”, a levantarse temprano para sacarlo a pasear, en definitiva, a realizar esfuerzos que les enriquecen como pequeñas personas. Hábitos saludables que pueden, incluso, llegar a contribuir a que tengan un mayor rendimiento escolar.
La familia con perro
u otra mascota a su vez se beneficia de un mejor desarrollo de la comunicación
y la convivencia interna; la mascota se convierte en un punto de encuentro
entre padres e hijos que fomenta la compartición del tiempo común, de mayor
calidad, durante los adiestramientos, los paseos, la preparación de las
comidas, etc.
Sin embargo, cada familia con perro conoce bien sus
limitaciones y capacidades, y no hay que olvidar que ¡los perros no son ni juguetes ni instrumentos! El cuidado de nuestra
mascota requerirá del trabajo, la
organización y el compromiso de toda la familia, para que juntos, disfruten de
los muchos beneficios que os aporta la convivencia conjunta.
1. Elegir
bien la raza de perro que mejor se adapta a vuestra familia según el
temperamento de la raza, el tamaño del animal, el tipo de pelo del perro y de
las necesidades de su estilo de vida.
2. Educar
bidireccionalmente, tanto al perro como a los niños, enseñándoles a ambos
las reglas básicas que debe conocer para relacionarse mutuamente.
3. Socializar a los cachorros ya durante los 3 primeros meses de vida.
4. Cubrir las necesidades básicas del perro. Un perro bien
cuidado y sano será un perro feliz, y si lo mantienes así, será más cariñoso y
se relacionará más estrechamente con tus hijos.
Cuida la limpieza de sus utensilios y juguetes (cama, muñecos, correa, etc.).
Cuida su propia higiene con baños regulares, cepillados diarios y una limpieza dental rigurosa para prevenir enfermedades.
Mantén las revisiones y vacunas periódicas que te planifique tu veterinario y sigue sus indicaciones respecto a la Doble Protección Mensual; protegiendo externamente al perro frente a pulgas y garrapatas, pero también internamente frente a gusanos.
El perro no será sólo uno más de la familia, sino que, hay
estudios que sugieren que podemos hablar de la “relación de los niños con sus
mascotas” de la misma manera que hablamos de “la relación entre hermanos”. Todo
un reto, muy apasionante para los padres y muy enriquecedor para los pequeños
de la familia.
1. Elegir bien la
raza de perro que mejor se adapta a vuestra familia según el temperamento
de la raza, el tamaño del animal, el tipo de pelo del perro y de las
necesidades de su estilo de vida.
2. Educar
bidireccionalmente, tanto al perro como a los niños, enseñándoles a ambos
las reglas básicas que debe conocer para relacionarse mutuamente.
3. Socializar a los
cachorros ya durante los 3 primeros meses de vida.
4. Cubrir las
necesidades básicas del perro. Un perro bien cuidado y sano será un perro
feliz, y si lo mantienes así, será más cariñoso y se relacionará más
estrechamente con tus hijos.
Cuida la limpieza de
sus utensilios y juguetes (cama, muñecos, correa, etc.).
Cuida su propia
higiene con baños regulares, cepillados diarios y una limpieza dental
rigurosa para prevenir enfermedades.
Mantén las revisiones y vacunas periódicas que te planifique tu veterinario y sigue sus indicaciones respecto a la Doble Protección Mensual; protegiendo externamente al perro frente a pulgas y garrapatas, pero también internamente frente a gusanos.