Los gatos son
animales enigmáticos que conviven con los humanos desde hace miles de años.
Mientras que los perros nos ven como
líderes de su manada, los gatos
tienen una visión más independiente de las personas.
Aunque nos consideran cuidadores que les brindan compañía,
juego y seguridad, no nos ven como sus padres. El biólogo John Bradshaw sugirió que los gatos podrían vernos como felinos
grandes y no como dueños o líderes.
Estudios demostraron
que más del 60% de los gatos desarrollaron un apego seguro hacia sus cuidadores,
similar al que sienten los perros por sus dueños. Es decir, los gatos nos ven
como sus protectores o como versiones menos hábiles de ellos mismos.
Además, la visión de los gatos es diferente a la nuestra. Aunque no perciben los colores con la misma
intensidad, son excelentes para captar movimientos rápidos y ver en condiciones
de poca luz. Esto les permite seguir nuestros movimientos y anticipar nuestras
acciones, lo que influye en su forma de interactuar con nosotros.
En cuanto a nuestras características, es probable que los
gatos no se fijen tanto en los detalles de nuestros rostros como lo haría un
perro. Nos reconocen por una combinación
de nuestro olor, voz y forma de movernos. Su visión del color es limitada, distinguiendo principalmente tonos
verdes, azules y amarillos. Además, su
agudo sentido del oído y rápidos reflejos les permiten reaccionar a estímulos
que a menudo nosotros ignoramos.