El comportamiento de los perros al sacudir su cuerpo cuando están mojados podría parecer un acto instintivo y sencillo. Sin embargo, investigaciones científicas revelaron un complejo proceso neurológico detrás de este movimiento, que no solo responde a la necesidad de secarse, sino que actúa como un reflejo de protección y limpieza.
Según un estudio
publicado recientemente en la Revista Science, este fenómeno está motivado
por un reflejo instintivo y no se limita a la simple expulsión de agua de la
piel y el pelaje. La sacudida tiene como función
remover elementos que puedan ser irritantes o dañinos, tales como insectos,
partículas de suciedad o cualquier otro residuo.
Un mecanismo de
defensa natural
Además de su
capacidad para eliminar agua, el movimiento ayuda a estos animales a deshacerse
de elementos que puedan causar molestias o representar un peligro. Los
científicos observaron esta reacción no solo en perros, sino también en
ratones, leones, osos y gatos, concluyendo que este mecanismo es compartido por
una gran variedad de mamíferos.
Este comportamiento, hasta el momento poco comprendido,
reveló una función sensorial de alerta y
autoprotección, similar a la sensación táctil de defensa en los humanos, aunque
en nosotros puede resultar en algo tan simple como el deseo de quitarse una
prenda incómoda.