
Los gatos, con su
carácter enigmático y sus gestos
cargados de significado, suelen desconcertar a sus dueños cuando realizan
acciones aparentemente simples. Una de ellas es el estiramiento al ver a su
humano acercarse.
Este movimiento
puede parecer un simple movimiento, pero guarda muchos significados. Los
felinos comunican con su lenguaje
corporal todo su mundo interior, al que nosotros no tenemos acceso.
Un reciente vídeo
del canal especializado ExpertoAnimal ha desglosado las siete razones
principales detrás de este comportamiento, que abarca desde aspectos puramente
biológicos hasta expresiones de confianza y afecto.
"Los felinos
pasan entre 14 y 16 horas diarias
durmiendo, y aún más a medida que envejecen", explica. Es normal que, tras
tanto sueño, necesiten recuperar agilidad.
El estiramiento
activa la circulación y prepara los músculos. También les ayuda a recuperar el
control del cuerpo. Es algo instintivo para un animal que, por naturaleza, es
cazador.
"Además de estirar su musculatura, este gesto
es la señal de que el gato vuelve a estar atento". Les ayuda a pasar de un estado de vulnerabilidad
propio del sueño a una posición de mayor seguridad y reacción inmediata frente
a cualquier estímulo.
Comodidad y confianza
Cuando un gato se
estira frente a su dueño, lejos de ser un acto mecánico, también expresa
bienestar emocional. Según el experto, lo hace porque se siente cómodo y
protegido en tu compañía.
Si se estira
cerca de ti es, además, una invitación a la caricia. Si incluso expone su
barriga, el signo de confianza es absoluto. Esa postura solo la adoptan cuando
sienten protección total.
Marcaje de afecto
Para los gatos,
estirarse también es una forma de comunicación. A veces se alargan sobre ti o
contra algún objeto. Así liberan feromonas desde las almohadillas de sus patas.
Dejan un rastro
oloroso que tú no percibes, pero que otros gatos sí. "Es un modo de marcar
territorio y también vínculo. Es como si el gato te dijera: eres de mi
grupo".
El estiramiento
produce una liberación de endorfinas. Esto da una sensación de placer y
relajación. Muchos gatos combinan ese gesto con un bostezo.
Lo hacen para
liberar tensiones, sentirse cómodos y disfrutar del momento. Incluso los más
nerviosos se estiran con frecuencia porque les calma.
Una llamada de atención encubierta
Convivir con un
gato implica aprender a interpretar su lenguaje corporal. Estos animales
domésticos aprenden rápido. "Saben que un movimiento gracioso puede
conseguir lo que quieren", explican.