Según el Instituto de Salud Mental de Estados Unidos, la
enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral progresivo e irreversible que
destruye lentamente la memoria y las habilidades de pensamiento y,
eventualmente, la capacidad de realizar las tareas más simples. Es la causa más
común de demencia en adultos mayores.
Los síntomas del Alzheimer son cognitivos y conductuales,
tales como problemas de memoria, de orientación, confusión, entre otros. Lograr
un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado es indispensable para
proteger la calidad de vida.
No existe una prueba específica para confirmar un
diagnóstico de la enfermedad. El médico decidirá si el Alzheimer es la causa
más probable de los síntomas basándose en la información que se proporcione, un
examen físico y los resultados de varias pruebas.
Es importante tener en cuenta que la presencia de proteínas
beta-amiloide y tau no garantiza que una persona desarrolle síntomas cognitivos
de la enfermedad. Algunas personas con estos depósitos de proteínas nunca
desarrollan deterioro cognitivo.
A partir de ahí, la resonancia magnética (IRM) puede usarse
para detectar neurodegeneración. Esto se hace para ayudar a medir la severidad
de la enfermedad. Por ejemplo, una IRM puede mostrar si el hipocampo —una parte
del cerebro importante para la memoria— se está encogiendo. Seguir el marco permite
a los investigadores identificar a individuos con evidencia de proteínas
beta-amiloide y tau, así como evidencia de neurodegeneración, señalada por el
encogimiento del hipocampo del cerebro. Los investigadores han encontrado que
las personas cuya memoria declina más rápidamente tienen anomalías en los tres
biomarcadores: beta-amiloide, tau y neurodegeneración.
Los investigadores continuarán probando y refinando este
marco. Algunos estudios actuales están investigando si otros tipos de pruebas
también pueden ayudar a predecir quién desarrollará la enfermedad de Alzheimer.
Es importante recordar que este marco no está actualmente en
uso en los consultorios de los médicos. Pero la esperanza es que algún día sea
una herramienta que pueda ayudar a detectar el Alzheimer temprano y
proporcionar tratamiento que pueda reducir e incluso prevenir sus efectos.