Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta
poco saludable, caracterizada por un consumo elevado de grasas saturadas y azúcares
añadidos, constituye uno de los principales riesgos mundiales para la salud.
El nutricionista Jim White, autor de varios estudios sobre
nutrición, enfatiza que una dieta balanceada es clave para prevenir
enfermedades y mantener altos niveles de energía. El experto propone un enfoque
de moderación: el 75% de nuestra dieta debe estar compuesta por alimentos ricos
en nutrientes, y el 25% restante puede ser destinado a caprichos ocasionales,
como alimentos menos saludables, siempre controlando las porciones.
A pesar de que se recomienda evitar ciertos alimentos, no se
trata de una eliminación total, sino de un enfoque balanceado que permita
disfrutar de todo tipo de alimentos sin poner en riesgo la salud.
La lista la componen la carne cruda o poco cocida, los
cereales en el desayuno por su contenido de harinas refinadas, el alcohol, los
edulcorantes artificiales, las comidas rápidas y el pan blanco procesado.