Entre el 50% y el 90%
de los gatos mayores de cuatro años padecen alguna enfermedad dental, una
situación más frecuente de lo que muchos dueños imaginan. Estos problemas no
solo afectan la boca del animal, sino que también influyen en su calidad de vida, ya que pueden provocar dolor,
malestar e incluso pérdida del apetito.
Uno de los signos más comunes de estas enfermedades es el mal aliento. Aunque muchos dueños lo
pasan por alto, este síntoma puede estar indicando la presencia de enfermedad
periodontal, una afección prevenible que
provoca infecciones, pérdida de piezas dentales y puede extenderse a otros
órganos si no se trata a tiempo.
El aliento desagradable, por tanto, no debe tomarse a la
ligera. Una buena salud dental se refleja
en un aliento neutro, sin olores intensos. Por eso, identificar estos
cambios es clave para atender a tiempo las necesidades de salud de los felinos.
Los dientes de los gatos, diseñados para cazar y masticar
presas, no están adaptados a una dieta blanda, lo que los hace vulnerables a
enfermedades dentales. Los problemas más
comunes son la gingivitis, la enfermedad periodontal y la resorción dental,
según explicó Jorge Hernán Salocha, docente de la Universidad Nacional de La
Plata.
La enfermedad periodontal, aunque crónica e incurable, puede
mantenerse controlada con atención veterinaria regular, limpieza profesional y
cepillado diario. La resorción dental,
por otro lado, destruye los dientes desde el interior, y su origen aún se
desconoce; el tratamiento habitual es la extracción de la pieza afectada.
Otra patología frecuente es la gingivoestomatitis crónica felina. De causa desconocida, esta
enfermedad suele requerir la extracción
de varios dientes y, a diferencia de otras afecciones, no responde bien a
medicamentos. El éxito del tratamiento depende, entre otras cosas, de eliminar
completamente los restos de raíces dentales que perpetúan el problema.