Los entornos urbanos sucios y abarrotados pueden aumentar
significativamente el riesgo de una persona de desarrollar asma, señala un
estudio reciente.
Las ciudades más limpias y mejor pensadas podrían prevenir 1
de cada 10 casos de asma, informaron investigadores recientemente en The Lancet
Regional Health - Europe.
Los resultados muestran que el riesgo de asma tanto en niños
como en adultos aumenta debido a la contaminación del aire urbano, el
desarrollo denso y los espacios verdes limitados.
Las ciudades construidas o modificadas para abordar estos
riesgos pueden ayudar a prevenir el asma, apuntaron los investigadores.
"Hemos combinado varios factores ambientales y hemos descrito
cómo afectan juntos al riesgo de desarrollar asma", señaló en un
comunicado de prensa el investigador principal, Zhebin Yu, profesor asistente
de medicina ambiental del Instituto Karolinska, en Suecia.