Se creen salvadores de perros o gatos, pero los mantienen hacinados,
sin paseos diarios, mala alimentación e insalubridad. Reconócelos,
finalmente tienen una enfermedad y los animales a su cargo sufren maltrato.
Si estás leyendo esta revista, amas a los animales, y
seguramente los ayudas de alguna forma. ¡Bien hecho! Se necesita tanto trabajo para terminar con el abandono y maltrato
animal que lo mejor es seguir en este camino, aunque existe un límite.
¿Cuántos animales tienes en casa? ¿Puedes mantenerlos a todos con buena salud
física y emocional? ¿Tienes el dinero suficiente?
Existe un trastorno poco conocido que describe a una persona
que insiste en recoger animales para
llevarlos a su casa sin el debido cuidado: se
llama Síndrome de Noé o Hoarding. Los especialistas describen a estos
pacientes como acaparadores compulsivos que mantienen muchos animales por
razones tan diversas como que se consideran salvadores, cuidadores y, en el
peor de los casos, explotadores. Por supuesto, no hablamos de quienes aman a los animales, rescatan alguno o lo dan en
adopción, sino de quienes los mantienen descuidados y afecta el normal
funcionamiento de una casa. En casos extremos la enfermedad los lleva a
aislarse socialmente y abandonarse, sin reconocer lo que les sucede.
Carolina Pino,
sicóloga y conocida animalista, presidenta de la Fundación Suyai, explica
que las causas del Síndrome de Hoarding con animales son discutidas y variadas,
ya que existen pocos estudios al respecto, aunque se asocian a varios
trastornos siquiátricos que describe a continuación.
Alucinación
"Se encuentran
convencidos de ser los ‘salvadores’ de estos animales, que nadie los
cuidará como ellos e insisten en humanizarlos patológicamente. En su discurso
apelan a que ellos presentan una comunicación ‘especial y única’ con sus
animales rescatados, adoptados, etcétera".
TOC (Trastorno
Obsesivo Compulsivo)
"Con necesidad
de acaparar, acumular, siguiendo patrones para evitar en esos animales daños
imaginarios’ desde terceros. Les atribuyen características especiales a sus
animales acumulados y no pueden parar su compulsión de acumular".
Demencia
"También se ha asociado casos a demencias, desconociendo en absoluto la existencia de
parte del acumulador de presentar alguna patología. Al igual que el
paciente TOC".
Mundialmente no hay mayor información, aunque Carolina
revela que existe un proyecto llamando HARC (Hoarding of Animals Research
Consortium), que está investigando esta patología en la Universidad de Boston y
otras asociadas a organizaciones de rescate animal. Lamentablemente, en
Chile hay poca o nula información al respecto, sólo nos basamos en datos
generales que estiman que cerca del 2% de la población mundial la sufre.
También comenta que los médicos que han abordado el tema
describen que, en el domicilio de estas personas, en el 80% de los casos había
animales enfermos o muertos, y casi en el 60%, el afectado no reconocía ningún
problema en su vida. Es más, en el 69% de los casos vieron orina y heces por
todas partes, incluyendo la cama del propietario. "La cuarta parte de ellos justifican su actuar por el gran amor
que tienen a los animales y sentirse sus ‘salvadores’. Los animales que
pertenecen a esta gente claramente están en situación de maltrato,
hacinamiento, falta de cuidados básicos que ellos desconocen como parte de su
patología, condenándolos a una vida muy lejana del bienestar", piensa la
presidenta de Fundación Suyai.
En Chile se ha
encontrado con casos, y asegura que ellos se sienten únicos, con una suerte
de don especial para salvar a esos seres que nadie cuidará como ellos.
"Usualmente
están sin poder económico para brindar a todos los cuidados como se debería,
lo cual se suma a la acumulación de objetos que se sitúan en desorden en el
mismo espacio que residen los animales".
¿Cómo superarlo?
No es fácil, pero con motivación, apoyo familiar y profesional, se puede superar. La sicóloga Carolina Pino explica que primero el afectado debería asumir que padece una patología y requiere ayuda, ya que sin su motivación es complejo el abordaje. Por supuesto, las familias desesperan e intentan pedir ayuda, pero sin la movilización del afectado se vuelve infructífero. Muchos vecinos acuden a los municipios para gestionar apoyo (entendiendo lo insalubre del domicilio), pero se vuelve imposible la gestión al encontrarse que los afectados por la patología se niegan a recibir ayuda.
"No
quieren entregar alguno de sus animales en adopción o recibir cuidados
veterinarios, puesto que dentro de la alucinación está el hecho que el mundo
exterior es hostil y ‘dañará’ a sus animales, y que sólo ellos pueden
tenerlos en ‘óptimas’ condiciones". La especialista destaca que el
acompañamiento es vital para intentar hacerles entender que el animal sufre, y
así ayudar a su reestructuración síquica. "No obstante, personalmente me siento pesimista al respecto, conociendo
además el alto porcentaje de recaídas por parte de quienes se han sometido a
tratamiento".