Es una opción que busca universalizar el acceso al pedaleo y
brinda los mismos beneficios que andar en bicicleta al aire libre, pero con la
diferencia que no hay que fijarse de antemano cómo está el clima ni estar en
alerta por los posibles peligros de la calle.
La bicicleta fija, una de las máquinas más populares en los
gimnasios y de las alternativas más seleccionadas para ejercitar desde la
comodidad del hogar, se convirtió en una estrategia eficaz para equilibrar el
peso, ganar masa muscular, esclarecer la mente y sentirse pleno, aunque la
efectividad depende de distintos factores clave.
Al posicionarse en el asiento de la máquina, la persona
trabajará principalmente las partes correspondientes al tren inferior del
cuerpo: cuádriceps, glúteos y gemelos, así como espalda y abdominales. En menor
medida se trabajan brazos, bíceps y tríceps, ya que intervienen en el
mantenimiento de una postura correcta, pero pueden ser ejercitados en rutinas
diseñadas por un profesional o complementarse con otra actividad.
Según publica Harvard Health Publishing, una persona de 70
kilos puede quemar hasta 298 calorías ejercitando en bicicleta durante 30
minutos, si pedalea a un ritmo de 20 a 22 kilómetros por hora. Una persona que
pesa 83 kg puede quemar 355 calorías. Y, a un ritmo más rápido de alrededor de
25 kilómetros por hora, una persona de 70 kg puede quemar hasta 372 calorías en
solo 30 minutos, mientras que alguien que pesa 83 puede quemar 444 calorías en
el mismo período de tiempo.
Asimismo, entre la literatura científica que ahonda en sus
beneficios está el estudio “Efecto de la dieta y el ciclismo indoor sobre la
composición corporal y los lípidos séricos” en el que se indica que esta forma
de entrenar no tiene un impacto osteoarticular significativo y sí un alto
impacto energético.