
Las rupturas de
pareja pueden llegar a ser muy traumáticas, pero tener una mascota trae una
serie de beneficios para llevar mejor
este mal momento.
Ojalá no fuera
así, pero desgraciadamente todos hemos sufrido ese terrible momento de
finalizar una relación amorosa y descubrir que el mundo se te viene encima. No tienes fuerzas, no tienes ganas de
hacer nada, llevas con el mismo pijama dos semanas y apenas quieres trasladarte
del sofá a la cama y viceversa.
Las rupturas
amorosas son momentos duros que nos toca vivir en algún momento. Pese a que
todo se ve negro en este momento, en realidad hay un factor clave que puede
hacer que lleves la separación de mejor manera: tu mascota.
Sí, los amigos
están para cuidarte también en tus momentos más bajos, pero si hay un ser incondicional que te va a dar todo su
cariño en esta etapa de tu vida es sin duda alguna tu peludo.
Y no lo decimos solo nosotros, resulta que hay diversos estudios que afirman que tener una mascota ayuda a aliviar en cierta manera los síntomas que suceden tras una relación amorosa fallida. Contar con el amor de tu perece trae consigo una serie de beneficios para ambos que te harán superar este mal trago.
Te obligan a moverte y socializar
Parecen dos
cuestiones aisladas, pero en el fondo están interrelacionados.
A pesar de que
seguramente no tendrás ganas de moverte, tu
peludo sigue teniendo sus necesidades y dar un paseo es una de las primordiales
para fomentar no solo la salud de tu mascota, sino también la tuya.
Además, esto
conlleva un extra: el hecho de que tu perro (o gato, si también eres fan de
pasearlo) seguramente si ve a otro peludo se pare a olerlo. Con lo que quizás
acabes teniendo una conversación trivial con alguien.
Quizás veas esto
como algo absurdo, pero en momentos de ruptura estos pequeños ratos son los que
te ayudan precisamente a comprender que hay
vida más allá de tu ex pareja.
Te ayudará a sobrellevar el estrés y la ansiedad
¿Sabías que los
perros te ayudan muchísimo en terapias para la depresión? A diferencia de los
perros de asistencia, que son entrenados para ayudar a personas con algún tipo
de discapacidad, los perros de apoyo emocional (se llaman así) no tienen un
entrenamiento específico. Su finalidad es acompañar
a sus dueños en ese proceso de recuperación psicológica.