
Recientes investigaciones han puesto el foco en una parte
del cuerpo que, hasta hace poco, pasaba inadvertida para la mayoría cuando se
trataba de evaluar el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares: el
cuello.
Según los datos extraídos del Framingham Heart Study,
iniciado en 1948 en Estados Unidos, la circunferencia del cuello se ha revelado
como un marcador relevante que podría anticipar afecciones como la diabetes
tipo 2, enfermedades cardíacas e incluso accidentes cerebrovasculares.
Esta área anatómica, tradicionalmente asociada con la esfera
estética y postural, está tomando un nuevo protagonismo en la medicina
preventiva.
El Framingham Heart Study, que lleva décadas rastreando
factores de riesgo para enfermedades cardíacas, fue pionero en postular que un
cuello grueso podría vincularse con un mayor riesgo cardiovascular.