Los beneficios van mucho más allá de lo físico: la actividad
física regular se ha consolidado como una aliada clave para la salud mental y
cognitiva, produciendo efectos inmediatos y duraderos, desde la reducción del
estrés hasta la posible prevención del deterioro cerebral.
El ejercicio provoca efectos positivos en el cerebro incluso
desde la primera sesión. LaReina Tipping, directora de programas en el Brain
Center of Green Bay, señaló a Verywell Mind que la actividad física eleva el
bienestar al incrementar la energía, mejorar el estado de ánimo y ayudar a
controlar el estrés, la ansiedad y la depresión.
A este impulso emocional frecuente tras la actividad física
se le suma una mejora del sueño y hábitos alimenticios. Según Tipping, sus
pacientes han reportado menor estrés, mayor claridad mental y una capacidad
superior para recordar información o gestionar tensiones cotidianas.
Con el tiempo, los beneficios se expanden a la protección y
el fortalecimiento de las funciones cerebrales. Los expertos consultados por
Verywell Mind destacan que la constancia en la actividad física puede
contrarrestar efectos del envejecimiento cerebral y reducir factores de riesgo
vinculados a la demencia, como la diabetes y el colesterol alto.