El pasado lunes Bahía Blanca amaneció con una triste noticia: la muerte de dos jóvenes a causa de una intoxicación por monóxido de carbono. Las víctimas fueron identificadas como Axel Claudio Ramírez, de 29 años, y Bárbara Giménez, de 30, quienes fueron hallados sin vida en una vivienda de Avellaneda al 600. Son las dos primeras víctimas del llamado “asesino silencioso” en lo que va del 2025 en nuestra ciudad.
Como suele ocurrir en este tipo de casos, y mucho más acentuado en esta etapa del año, se refuerzan los conceptos fundamentales para evitar estas situaciones desafortunadas y trágicas. Es que, según datos oficiales, unas 200 personas por año fallecen en nuestro país por esta causa, ya que el monóxido no tiene olor, color, sabor, ni irrita.
Al respecto, Walter Villalba, médico cardiólogo y jefe del Departamento de Sanidad de la UNS, mencionó: “Si yo estoy en un ambiente cerrado en épocas invernales como ésta, donde quiero calefaccionar, hay algunos implementos como los calefactores que, para hacer llama, agarran el oxígeno del ambiente. Combustiona eso, hace fuego, y la toxina debería salir hacia afuera, porque sino termina consumiendo el oxígeno, lo quema, y lo que consumió me lo devuelve como monóxido de carbono”, explicó.
“Si eso se tira nuevamente al medio ambiente y no se ventila, la proporción de oxígeno empieza a caer y la de monóxido comienza a subir. Vos podés tener todo cerrado para estar calentito en tu casa, pero si tu calefactor no es de tiro balanceado (donde la ventilación es hacia el exterior), entonces el oxígeno empieza a bajar y el monóxido a subir. Y se queda. Por eso es que al cuerpo humano le cuesta tanto encontrar el oxígeno”, continuó el profesional.
“Es en ese momento que tus células, cerebro, ojos, corazón y músculos empiezan a no oxigenarse. Y encima no tiene olor. Todavía no hay un censor para detectarlo, pero te sentís mareado y agitado, con dolor de cabeza y no podés pensar claramente. Es la única señal de alarma”, agregó Villalba.
Por esta razón es que se recomienda realizar cada año un control y una limpieza de los artefactos, contratando a un gasista matriculado. Si sentís olor a gas, no enciendas o apagues las luces. Apagá los aparatos eléctricos, fósforos, velas y cigarrillos. Abrí puertas y ventanas, cerrá la llave del gas y comunicate de inmediato con las líneas de emergencia de Camuzzi. Es importante colocar rejillas de ventilación y, si no las hay, dejá un poquito abierta la ventana o puerta… ¡Siempre debe haber circulación de aire y la llama del gas tiene que tener color azul!