Dormir hasta tarde, aunque parezca una solución inmediata
ante el cansancio, podría tener efectos negativos sobre la salud general y los
niveles de energía diarios. Alterar el ritmo circadiano, que dicta los patrones
de sueño y vigilia de nuestro cuerpo, y mantener una rutina regular es esencial
para nuestro bienestar físico y mental.
Además, este comportamiento puede provocar una sensación de
aturdimiento en lugar de descanso, dificultando el bienestar físico y mental.
Según señaló la nutricionista registrada Melissa Jaeger, en
declaraciones a EatingWell, prolongar el sueño más allá del horario habitual
puede generar una “resaca de sueño”, caracterizada por baja energía y
dificultad para concentrarse.
La experta advierte, además, que mantener una rutina
constante de descanso es clave para evitar este tipo de alteraciones. Al tiempo
que señala que la costumbre de posponer la alarma interrumpe el ciclo natural
del sueño, lo que impide un despertar reparador y contribuye a que las
actividades cotidianas se perciban como más demandantes.