Esta condición inflamatoria de la piel es cada vez más frecuente en perros y puede afectar su calidad de vida si no se trata a tiempo.
Identificar los síntomas y acceder a terapias adecuadas es clave para ayudarlos
a recuperar su bienestar.
Un estudio internacional estima que entre el 3 % y el 15 % de los perros padecen dermatitis atópica,
una enfermedad crónica de la piel causada por alergias a factores comunes como
el polen, los ácaros o ciertos alimentos. Esta condición provoca picazón intensa, enrojecimiento, caída de pelo y, en algunos
casos, infecciones cutáneas, lo que impacta directamente en la calidad de
vida de las mascotas y la tranquilidad de sus tutores.
Los perros que la sufren suelen rascarse, lamerse o morderse
constantemente, generando lesiones que pueden empeorar si no se tratan a
tiempo. Durante la primavera, los
síntomas pueden intensificarse debido al aumento de alérgenos presentes en el
aire. Por eso, es fundamental detectar los síntomas y estar atentos a los
cambios en la piel y al comportamiento de las mascotas para actuar de manera
oportuna.
"El primer paso es acudir
al médico veterinario para tener un diagnóstico certero, el tratamiento
adecuado para controlar la enfermedad y mejorar el bienestar de la mascota, el
que dependerá de la edad, el estilo de vida y el tipo de alergia de cada
perro", explica Mariana Cestau, Gerente General de Zoetis, compañía global
de salud animal.
Hoy existen
soluciones innovadoras para tratar la dermatitis atópica y que bloquean las
señales que causan picazón e inflamación.
Si tu perro se rasca constantemente, presenta enrojecimiento o pérdida
de pelo, consulta a tu médico veterinario para evaluar el mejor tratamiento
disponible.