Un reciente estudio protagonizado por más de 90.000 adultos
en Estados Unidos vuelve a situar a la dieta MIND como una opción alimentaria
asociada a una menor incidencia de demencia y enfermedad de Alzheimer.
Los resultados compartidos durante la reunión anual de la
Sociedad Americana de Nutrición, refuerzan la idea de que nunca es demasiado
tarde para incorporar hábitos alimenticios saludables con potencial protector
ante el deterioro cognitivo.
La investigación destaca de manera concluyente que seguir la
dieta MIND está relacionada con una reducción significativa en el riesgo de
desarrollar demencia.
En las personas evaluadas —todas mayores de 45 años—, la
adherencia a este patrón alimentario se asocia a menores tasas de aparición de
la enfermedad de Alzheimer y otras formas relacionadas de deterioro
neurodegenerativo.
La dieta MIND (por su sigla en inglés: Intervención
Mediterránea para el Retraso Neurodegenerativo) es el resultado del trabajo de
la epidemióloga Martha Clare Morris en la Universidad Rush.
Nació de la combinación de dos patrones dietéticos con
sólidos antecedentes científicos: la dieta mediterránea y la dieta DASH
(Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión). El objetivo de la dieta
MIND es optimizar la salud cerebral a través de la alimentación, seleccionando
y priorizando alimentos asociados a neuroprotección.
Entre sus componentes clave figuran los vegetales de hojas
verdes, las bayas, los frutos secos, el pescado y el aceite de oliva, todos
ellos avalados como “saludables para el cerebro” según la evidencia acumulada.
La dieta limita el consumo de carnes rojas, grasas animales
y azúcares añadidos, basándose en sus recomendaciones en los alimentos que más
podrían contribuir a retrasar la aparición de enfermedades neurodegenerativas.