Bill Gates sostuvo que la humanidad atraviesa una etapa de cambio profundo, en la que esta tecnología desplazará a las personas de muchas tareas. No obstante, Gates identificó tres campos profesionales que, en su opinión, seguirán necesitando de la intervención humana: la biología, el desarrollo de software y el sector energético.
El empresario explicó que la inteligencia artificial puede analizar grandes volúmenes de datos y servir de apoyo en la toma de decisiones, pero carece de pensamiento crítico y de la capacidad de análisis en situaciones reales.
La IA se basa en información proporcionada por personas y no posee un rigor científico o técnico propio. Por este motivo, el descubrimiento científico, sobre todo en biología, depende de la mente y la intuición humanas.
Gates afirmó: “Los biólogos desempeñan un papel fundamental en el desarrollo humano y los descubrimientos médicos. Incluso con la ayuda de la IA, formular hipótesis y lograr avances conceptuales sigue siendo una tarea profundamente humana”.
El filántropo señaló que los programadores y desarrolladores seguirán siendo esenciales para crear, supervisar y adaptar los sistemas de IA que están revolucionando otros sectores.
Aunque la IA puede ejecutar tareas más rápido que un programador junior, suele cometer errores y puede fallar en la implementación. Por eso, la supervisión y el análisis humano resultan imprescindibles.
El tercer campo que Gates considera resistente a la automatización es el sector energético. Los profesionales de esta área resultan indispensables para gestionar las “impredecibles necesidades de un clima global cambiante”.
Gates advirtió que la IA no puede controlar completamente este sector por la delicadeza de las decisiones que implica, como el manejo de centrales nucleares, redes eléctricas o represas.