Si a tu perro se le paraliza la mitad del cuerpo, mueve de manera
extraña los ojos y la cabeza, pierde la coordinación o sufre convulsiones,
podría estar sufriendo un ACV.
¿Cuál es el ACV más
frecuente?
Entre el accidente
isquémico, que es el que se tapa la arteria, y el que se rompe, que es la
hemorragia, son mucho más frecuentes los isquémicos. Así también, en
nuestra casuística lo vemos más frecuente en perros que en gatos, a pesar de
que se describen en los dos. Uno de los accidentes cerebrovasculares más
comunes en perros es en el cerebelo, los pacientes pierden la coordinación, se
caen hacia un lado, se les inclina la cabeza, se les mueven los ojitos. Todo de
aparición brusca, porque un área del cerebelo que controla los movimientos
usualmente queda sin funcionar. La mayoría de las veces no son patologías que
duelan, sino que la gente se percata porque se altera la función neurológica de
sus animales.
Perros y gatos
Los ACV afectan a
perros, gatos y en los últimos años ha aumentado su diagnóstico. "Antes
no teníamos las herramientas ni el expertise para su diagnóstico. Hace unos
años tenemos disponible la resonancia magnética, sabemos mejor cómo
reconocerlos o sospecharlos clínicamente. Hoy día no es extraño
escuchar que alguien te pueda comentar que su perro o gato tuvo un accidente
cerebrovascular", dice el Dr. Green.
Pacientes geriátricos
Debido a que algunas enfermedades crónicas pueden afectar el
sistema vascular, "los ACV suelen
afectar a pacientes un poco mayores, similar a lo que ocurre en seres humanos.
Si bien, todavía hay mucho que investigar acerca de los accidentes vasculares
en animales y de cómo se relacionan en detalle con otras patologías, ya estamos preparados para sospechar y diagnosticar
más precozmente".
Cómo identificarlos
Los accidentes cerebrovasculares se caracterizan por ser de presentación muy aguda. El director
médico Sedivet menciona que los signos
aparecen de repente y éstos dependen de la zona dónde haya ocurrido el
accidente vascular. "El cerebro es una estructura que recibe sangre en
toda su extensión, por lo tanto, distintas arterias irrigan sangre a distintas
partes del cerebro, cerebelo y del tronco encefálico. Dependiendo de la zona
que se queda sin irrigación o que se dañe por una hemorragia que comprima, son
los signos clínicos que van a aparecer. Por ejemplo, si tú tienes un accidente
cerebrovascular en el lóbulo frontal, los signos son distintos que en el tronco
encefálico. Pero los signos se
caracterizan porque son de aparición súbita, rápida, como una convulsión, un
paciente que se cae y no puede caminar, un paciente al que se le paraliza una
parte de la cara, pierde el equilibrio, etc.".