Un fiscal federal investiga un intento de hackeo al teléfono
celular oficial del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio
Rosatti, a través de una maniobra que habría sido ejecutada mediante un llamado
engañoso a un empleado del máximo tribunal.
El episodio tuvo lugar el lunes pasado en la Dirección
General de Gestión y Habilitación e Infraestructura de la Corte, el área que
mantiene contacto con las empresas telefónicas contratadas por el Poder
Judicial.
Allí, el oficial Sebastián Matías Bustamante recibió en su
línea personal una comunicación de un número privado. El interlocutor se
presentó como representante de Movistar e intentó obtener el código PIN de una
línea presuntamente reportada como robada.
El empleado, al no detectar ninguna anomalía en el sistema
interno y notar inconsistencias en la llamada, interrumpió la comunicación y
reportó lo sucedido a la Dirección de Seguridad del tribunal. El caso fue
derivado a la División de Conductas Informáticas Ilícitas de la Policía de la
Ciudad, con intervención del fiscal Santiago Vismara.
Al revisar el número en cuestión, se comprobó que
correspondía a la línea asignada a Rosatti. Por prevención, el magistrado ya
cuenta con un nuevo número.
El hecho se enmarca en una serie de antecedentes que involucran
intentos previos de duplicación de líneas telefónicas de jueces. Hace dos años,
Rosatti había denunciado la existencia de cinco líneas a su nombre. Esa causa
derivó en la identificación de una red de espionaje que afectó a otros
magistrados como Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti, y la jueza Verónica
Skanatta, así como a funcionarios como Diego Santilli y Marcelo D’Alessandro.
Por esa investigación, fueron procesados el hacker Ezequiel
Núñez Piñeyro, y el misionero Santiago Machado, entre otros. También fue
señalado el exagente policial Ariel Zanchetta, quien habría solicitado más de
2.100 informes personales de magistrados y dirigentes, y cuyo accionar llegó
hasta el camporista Fabián “Conu” Rodríguez, por entonces funcionario de la
AFIP.
La Justicia analiza si el nuevo intento forma parte de una
estructura organizada de espionaje sobre funcionarios judiciales con
intervención en causas de alto perfil político.