Ciertas enfermedades
oftalmológicas en perros son de carácter hereditario. El cocker y el caniche son razas propensas a padecer problemas oculares, entre
ellas la conjuntivitis. Además, los
ojos prominentes de perros como el pequinés
y el carlino están más expuestos al viento y las bacterias, por lo que
también suelen padecer más problemas oculares.
Las enfermedades de los ojos en el perro de carácter
hereditario solo se pueden prevenir a
través del diagnóstico temprano. Sobre todo, si se trata de una raza de
riesgo o tiene antecedentes familiares relacionados con enfermedades oculares.
El lagrimeo, enrojecimiento, inflamación, picor y secreciones son
síntomas de que el perro puede padecer conjuntivitis o una irritación ocular.
Cuando se detecta este tipo de indicios en el perro es recomendable acudir al
veterinario.
La conjuntivitis más
habitual en el perro es la denominada queratoconjuntivitis
seca. Por norma general, se produce cuando el animal tiene alrededor de
cinco años. No se trata de un tipo de conjuntivitis
hereditaria ni contagiosa, sino
autoinmune. Es decir el organismo se ataca a sí mismo.
Este tipo de conjuntivitis se caracteriza porque los ojos del perro se quedan secos y deshidratados. También aparecen, de
manera recurrente, secreciones de color verdoso, no solo por la mañana, sino
durante todo el día.
Un perro que no mejora con el tratamiento de la
conjuntivitis puede tener esta enfermedad de carácter autoinmune: el organismo
se ataca a sí mismo por causas desconocidas. Estos canes que sufren muy a
menudo síntomas de conjuntivitis
necesitan una tratamiento de por vida.
También los hay que tienen que pasar por el quirófano para curar la
enfermedad.