Al rompecabezas que arman en fiscalía desde hace diez días
tan solo le falta una pieza: dar con el asesino que se encuentra prófugo.
El Dr. Viego tiene cámaras de seguridad, testimonios,
capturas de celulares, el insulso móvil para semejante accionar (despecho y
celos), el cómplice necesario y hasta la entregadora. Solo le resta dar con
Alejandro “Jano” “Mandrilo” Pasaron.
No hay dudas que él fue quien le dio siete puñaladas a Ceferino Silva en la noche del domingo 26 de enero, tras que Ignacio Vega lo
bajara de la moto en la que circulaba tras pegarle un palazo.
También hay debido registro que la pareja de Vega, laentregadora Sofía, fue quien alertó a los asesinos a través de un mensaje de
WhatsApp de la ubicación exacta de su víctima, mientras se encontraba en la
casa de la novia de Silva, quien al mismo tiempo era la ex de Pasaron.
Los cabos se ataron de modo tal que hasta llegaron al chofer
de Uber que sin saberlo, llevó a Dorrego a “Mandrilo” para que desde allí se
tome un colectivo a Buenos Aires.
Una de las líneas investigativas tiene los radares puestos
en el conurbano. Allá vive Gladys, su mamá, y con ella estuvo hasta un par de
días antes de cometer el crimen. En San Martín podría quedarse tranquilo hasta
que todo se calme.
Pero no es la única opción en el abanico. Otra hipótesis es
que ya esté de nuevo en Bahía, habiendo utilizado ese viaje como elemento de
distracción.
Personal de la DDI y Comisaría Quinta rastrillan con sigilo los lugares que habitualmente frecuentaba, y no descartan que de un momento a otro aparezca, creyéndose impune.