Desde
hace más de dos décadas, cada 10 de diciembre el mundo se detiene un instante
para reflexionar sobre los derechos de quienes no tienen voz. Aunque el Día Internacional de los Derechos Humanos marca esta fecha en el
calendario global, desde 1997 diversas organizaciones han ampliado su alcance
para incluir a los animales.
Una conmemoración que no solo honra a las
criaturas que comparten el planeta, sino que también cuestiona el trato que les
damos como sociedad. El Día
Internacional de los Derechos de los Animales no es solo una fecha
simbólica, sino que también se asocia con un compromiso más profundo: la
Declaración Universal de los Derechos de los Animales.
Los derechos fundamentales que promueve la
declaración se centran en cuatro aspectos claves: la vida, la libertad, la
protección frente al sufrimiento y el rechazo de su consideración como propiedad.
Al respecto, Ezequiel Crognale, integrante
del Instituto de Estudios de Derecho Animal y de la Cátedra de Derecho Animal
de la UNS, dialogó con BHInfo y sobre
esta jornada manifestó: “Desde hace varios años, me he dedicado al estudio y
análisis de esta temática desde diversos ámbitos. Considero que uno de los
aspectos más relevantes radica en reconocer y comprender que existe una
realidad dinámica a la que el derecho debe adaptarse constantemente. En
Argentina, la relación con los animales está profundamente influenciada por
cuestiones culturales, derivadas de nuestro pasado histórico. Los primeros
productores ganaderos, conformados por grandes terratenientes y familias
adineradas, tuvieron un impacto significativo en la configuración de las
políticas de Estado desde los inicios de nuestra nación. Esta influencia
histórica ha modelado prácticas y percepciones respecto al uso y consumo de
animales en nuestra sociedad”, explicó.
“No obstante, es fundamental recordar que
el derecho, como construcción humana, es mutable y evoluciona en función de la
conciencia social propia de cada época y contexto. En este sentido, cada
vez son más los fallos judiciales y las doctrinas que reconocen el valor del
vínculo humano-animal, como lo
evidencia el concepto emergente de la ‘familia multiespecie’. Por ello, considero
que el reconocimiento del ‘otro’ -en este caso, los animales- como seres que
merecen consideración moral y cuyos intereses deben ser tenidos en cuenta,
constituye el próximo paso hacia una mayor justicia y equidad en nuestra
sociedad”, continuó Crognale.
En cuanto a la actualidad en nuestra ciudad, mencionó:
“En el tema de protección animal y políticas relacionadas, Bahía Blanca es una
ciudad que está bastante adelantada en comparación con otros municipios,
provincias e incluso países. Muchas veces, desde adentro, estos avances
pasan desapercibidos, pero cuando se comparan con otras realidades, el
contraste deja en claro cuánto se ha logrado. Esto no es casualidad, sino el
resultado del trabajo constante de las ONGs de la ciudad, conformadas por
personas comprometidas que han dedicado su vida a esta causa. En algunos
casos, incluso, el compromiso ha pasado de generación en generación, con
hijos e hijas que siguen el camino iniciado por sus padres”, afirmó.
“Aun así, aunque se reconocen avances,
también hay retrocesos, especialmente cuando las decisiones políticas se toman
sin consultar a quienes realmente trabajan en el tema. Es una especie de ironía,
porque, por un lado, como sociedad hemos logrado un montón de cosas, pero, por
otro, todavía falta que los políticos escuchen más a quienes tienen
experiencia en esto”, subrayó.
“Un ejemplo claro es la mesa de trabajo que funciona en el Concejo Deliberante, donde participan especialistas, algunos incluso reconocidos a nivel internacional, que ofrecen su conocimiento de manera gratuita. Sin embargo, muchas veces estas contribuciones son ignoradas. Un caso concreto fue la decisión de controlar la población de palomas eliminándolas, algo que contrasta con lo que se viene haciendo en ciudades como Barcelona o más cerquita en nuestro propio país en la provincia de Santa Fe. En esos lugares se optó por alternativas más respetuosas y efectivas, simplemente porque escucharon a biólogos y especialistas en el tema, logrando resultados concretos y sostenibles. Esto deja en evidencia que muchas veces las soluciones están al alcance, pero no se aprovechan por falta de diálogo entre los responsables políticos y quienes tienen el conocimiento para aportar”, completó Ezequiel Crognale.