Por Nicolás Fernández (@nicofernandezrelator)
Ya es difícil de entender el calamitoso momento por el que atraviesa Olimpo. En el inicio de la Reválida, el “Aurinegro” cayó por 3-1 frente a 9 de Julio en Rafaela y ahora, teniendo en cuenta sus antecedentes más recientes, depende de un milagro (sí, hoy sería un milagro) para clasificarse a la siguiente instancia: está obligado a ganar por la misma diferencia el próximo fin de semana.
Lo del equipo bahiense fue una continuidad de lo mostrado en el Nonagonal, donde terminó último y perdió todos los partidos de local: es que el nivel del equipo sigue siendo pobrísimo. Hoy fue derrotado por el colista del otro Nonagonal, que hizo una campaña idéntica (igual de mala), pero por lo visto esta noche se destapó. En cambio Olimpo continúa por la senda de la desgracia: sin respuestas y con errores defensivos demasiado groseros como para pretender ser un equipo competitivo en esta categoría.
Desde un primer momento, con Pedro Llorens todavía como DT, muy pocos pensaban que este equipo podía ascender (más allá de haber sido el mejor del país en la primera fase), pero ni el más pesimista se imaginaba un derrumbe tan grande post derrota con Argentino de Monte Maíz. ¿Es el peor plantel del Federal? Rotundamente no, pero no volvió a ganar y entró en un pozo del desánimo del que parece imposible salir. Porque da la sensación que, desde lo anímico, Olimpo arranca perdiendo desde el minuto cero.
Agustín
Alfano, a los 41 minutos del primer
tiempo, y Agustín Bianciotti y Franco Déboli, a los 14 y 21 del
complemento, le dieron tres mazazos
a la ilusión del hincha aurinegro que
esperaba, al menos, una mínima mejora en esta instancia.
En el tramo final, el ingreso de Leandro
Espejo, quien tuvo sus mejores minutos desde que viste esta camiseta, le
dio algo de peligrosidad al ataque de Olimpo, que pudo llegar al descuento, a
los
Fue derrota por 3-1 y, como el “Aurinegro” tiene ventaja deportiva, con una victoria por dos
goles en el Carminatti pasará de ronda.
Aunque hoy (como ayer y más atrás en el tiempo también) pretender un triunfo sólido
del actual Olimpo sigue sonando a utopía.