La Declaración de Cambridge, presentada en 2012, marcó un
hito significativo en la discusión sobre los derechos animales al reconocer
formalmente que los animales no humanos tienen una capacidad única para sentir
emociones y sufrimiento. Este documento, respaldado por un grupo de prominentes
científicos y expertos en ética animal, implica una responsabilidad moral y
ética hacia el bienestar de estos seres.
En esto se basa el proyecto de Ley Sintientes, que se
encuentra actualmente en el Congreso de la Nación. Tiene como objetivo el modificar
el Código Civil y Comercial de la Argentina para que se considere a los
animales como “personas no humanas sintientes” y se los pueda retirar de su
categoría actual como objetos o “cosas”. De esta manera se les podría brindar
la dignidad y los derechos que merecen.
En un nuevo capítulo de Data Animal, la actriz y fundadora
de Movimiento por los Sintientes, Liz Solari, resaltó la importancia del
reconocimiento legal de la sintiencia de los animales, y detalló la influencia
que proyectos de ley como Sintientes y la llamada “Ley Conan” tendrían sobre la
industria alimentaria.
“La jurisprudencia en Argentina ha avanzado mucho. Somos un país líder en fallos de jueces que han considerado a diferentes animales, desde chimpancé, puma, perros, gatos, caballos, como persona no humana sujeto de derecho. La sociedad concibe a los animales como seres sintientes”, resaltó Solari.
-¿Qué pasaría si se aprueba esta ley?
-Argentina estaría en la vanguardia de los derechos
animales, porque seríamos uno de los primeros países en dar el paso de
considerarlos sintientes y sujetos de derecho. Después lo que pasaría sería que
las adopciones, por ejemplo, pasarían a ser legítimas. Los animales pasarían a
ser considerados como parte de la familia. Habría actividades que se
prohibirían. Todo tipo de actividad que hostilice, parodie, torture, dañe a los
animales, tendría que ser prohibida.
Además, Solari destaca que podría ser un gran instrumento en
las manos de los jueces para abordar casos que suceden diariamente. Las
denuncias contra el maltrato animal aumentaron en el último tiempo en gran
parte gracias a la concientización social, pero las herramientas legales que
existen son precarias.
“Es hora de que la ley se ponga a la altura de lo que está
pasando con la conciencia social y con lo que está pasando con la
jurisprudencia”, declaró la modelo.
-Una de las cosas que plantea la ley es cómo prohibir
ciertas prácticas crueles hacia los animales. Cuando hablamos de estas
prácticas crueles, ¿a qué se refieren?
-Hay prácticas que se hacen sin anestesia. A los chanchos bebés se los descolmilla, se los castra y se les corta la cola sin anestesia. A las gallinas se les sacan los picos sin anestesia. Las vacas en la industria lechera no son vacas que están pastando, como nos gusta imaginarnos a nosotros, libres. No, son vacas que durante el día se las enchufa a unas máquinas donde les están sacando de forma continua la leche y no tienen posibilidad de expresar su comportamiento natural todos estos animales. Sobre todo el hacinamiento, en la industria avícola, las gallinas, viven en jaulas del tamaño de una caja de zapatos.