Las gafas inteligentes vuelven a captar la atención del mundo tecnológico. Aunque todavía no son un dispositivo común, varias empresas apuestan por su desarrollo, explorando nuevas formas de interacción entre el usuario y el entorno digital.
En ese contexto, la compañía Inmo presentó sus Air 3, unas gafas de realidad aumentada (RA) que buscan resolver uno de los mayores desafíos de esta categoría: la forma en que se controlan.
Las Air 3 destacan por su diseño, sus especificaciones técnicas y un sistema de control inusual que promete una experiencia más intuitiva que la de sus competidores.
Con un precio de 899 dólares, las Air 3 se posicionan como una alternativa directa a las Ray-Ban Meta Smart Glasses y a las Xiaomi AI Glasses, dos de las propuestas más conocidas en el actual mercado de gafas inteligentes.
La característica más distintiva de las Air 3 es su anillo inteligente, que funciona como botón, panel táctil y ratón virtual. Este accesorio permite interactuar con los elementos que aparecen en la pantalla, desplazarse por los menús y manipular objetos digitales, sin necesidad de tocar las gafas.
El anillo también contribuye a rastrear el movimiento de los objetos virtuales en tiempo real, algo que otras marcas están intentando resolver con soluciones más grandes o complejas, como la pulsera electromiográfica que Meta desarrolla para sus futuros dispositivos. Con este enfoque, Inmo busca ofrecer una experiencia más precisa y menos intrusiva para el usuario.
Las Air 3 incorporan una pantalla micro OLED fabricada por Sony, que ofrece resolución 1080p, brillo de hasta 600 nits y una cobertura del 100 % del espacio de color sRGB. Su campo de visión alcanza los 36 grados, suficiente para mostrar contenido en alta definición y superposiciones realistas, aunque más limitado que los visores de realidad mixta de mayor tamaño.
A diferencia de muchos dispositivos de su tipo, las Air 3 funcionan con Android 14 y permiten acceder directamente a la Google Play Store. Esto significa que los usuarios podrán descargar y ejecutar aplicaciones comunes, como redes sociales, navegadores o plataformas de mensajería, sin depender de un teléfono.