Apple no es la única empresa que le apuesta a los consumidores que quieren teléfonos inteligentes más delgados. Samsung lanzó en mayo el Galaxy S25 Edge, una versión más delgada de su último rival de iPhone.
Con 5,8 milímetros, el Galaxy S25 Edge es solo ligeramente más grueso que los 5,6 milímetros del iPhone Air. El último teléfono plegable de Samsung, el Galaxy Z Fold 7, también es notablemente más delgado que el modelo anterior.
La respuesta de Apple a un mundo en el que la mayoría de los teléfonos se ven iguales es el iPhone Air: una nueva versión más elegante de su iPhone insignia que, según la compañía, es tan sutil que “parece desaparecer en tus manos”.
El iPhone Air es oficial, con un perfil de 5,6mm de grosor, una pantalla de 6,5 pulgadas, con Ceramic Shield en el frente y la espalda del equipo, y titanio para el marco. El bloque para la cámara guarda la única cámara trasera, la cámara frontal, los parlantes y el cerebro del teléfono, un A19 Pro (al tiempo que lo hace más estable en una mesa, como a los Pixel de Google).
El teléfono estrena también el primer modem y chip inalámbrico de la compañía, para gestionar la conectividad 5G, Wi-Fi y Bluetooth, con un enorme foco en la gestión de la batería. El iPhone Air es el más eficiente en términos energéticos, según la compañía, un punto clave para un equipo que no tiene lugar para una batería grande.
El iPhone Air no tiene lugar para más que una cámara de 48 megapixeles, que también permite un zoom 2x (con menos resolución) y la posibilidad de hacer retratos. La cámara frontal es, como la del iPhone, un sensor cuadrado para selfies verticales u horizontales sin girar el equipo. También permite grabar videos con ambas cámaras en simultáneo.