Apostar en contra de un equipo de fútbol propio es una
situación imposible de que se le pase por la cabeza a un hincha de verdad. Aun sabiendo que su club no tiene la más
mínima chance de ganar o empatar un partido, a los colores nunca se los
traiciona. Salvo, claro, que aquellos que dicen ser hinchas en realidad sean
mercaderes y la plata les tire más que la pasión. Y ni que hablar si encima
son protagonistas directos o indirectos de la suerte de ese club. Esta trama
que comenzó con el boom de las
apuestas deportivas tiene ahora un capítulo explosivo en la Argentina: el
presidente de Atenas de Río Cuarto, equipo que milita en el torneo Federal “A”,
categoría oficial del fútbol argentino equivalente a la Primera “B”
Metropolitana, más otras personas ligadas al club (el secretario, el
tesorero, la kinesióloga, entre otros) están siendo investigados por la
Justicia cordobesa por haber presuntamente defraudado a la Lotería de la Provincia por haber apostado en contra de su propio
equipo, sabiendo lo que iba a ocurrir, en la derrota contra Juventud Unida
de San Luis por 3-0, en un partido por la Reválida
para clasificar a la instancia superior que daba un boleto para ascender a la
Primera Nacional.
Ese encuentro se jugó el 29 de septiembre en San Luis y con
sólo ver los dos goles en contra que marcó el central brasileño Uirá Márques de
Atenas de Río Cuarto (más un penal
que hizo y el árbitro no cobró) y la pasividad de la defensa en el segundo gol
en contra, se puede entender la fe que tenían en la derrota los propios
directivos del club.
Si bien en el ascenso
argentino hay múltiples partidos sospechados de tener arreglos para las casas
de apuestas, nunca se ha llegado a nada en cuestiones judiciales porque
siempre pasan por el radar de los sitios clandestinos. Esta vez intervino
la Lotería de Córdoba como
denunciante porque insólitamente las apuestas se hicieron en un sitio
autorizado por la provincia llamado Slots
Machine S.A. Allí se abrieron, según la causa que lleva el fiscal de
ciberdelitos Franco Pilnik, siete cuentas apenas unos días antes del encuentro
y en la previa del partido se jugó un monto que permitió ganancias por al
menos 4 millones de pesos a una derrota de Atenas con resultado 3-0 abajo,
con dos tantos sufridos en el primer tiempo y combinaciones de cuántos
jugadores iban a ser amonestados.
Todo salió como se había apostado y encendió las alertas
de los funcionarios provinciales que hicieron la denuncia. A raíz de esto, fueron allanadas las casas
de varios directivos, entre ellos el presidente del club, ya que una de esas
cuentas desde donde se apostó estaría a nombre de su propio hijo. Increíble.
“Recibí la denuncia y estoy trabajando en ello. Tengo investigados, aún no imputados porque primero tengo que analizar toda la prueba secuestrada. Pero acá hay una acusación concreta de una maniobra delictiva y estamos trabajando a fondo para ver si podemos arribar a una conclusión de qué fue lo que ocurrió. Cuando uno pregunta sobre las apuestas deportivas extrañas todos aseguran que existen pero que se canalizan por los sitios ilegales. Acá la denuncia de la Lotería es que existió una maniobra de este tipo en un sitio legal y es por eso que recurren a nosotros. Veremos hasta dónde se puede llegar”, explicó el fiscal Plinik.
El dato cobra mayor
relevancia a medida que uno conoce los personajes y la historia del club. Esta
era la segunda participación en sus 108 años de vida de Atenas en el fútbol
profesional (el año pasado este equipo cordobés enfrentó a Olimpo en los
octavos de final). La Reválida daba
un lugar para pelear el segundo ascenso a la Primera Nacional. En ese marco se
produjo el hecho. Con otro agravante: según narra el colega Juan Federico del
medio Cadena 3, dos semanas antes
de ese partido crucial, la institución despidió a su director técnico, Darío
Bringas, y le rescindió el contrato a nueve futbolistas, la mayoría de ellos
titulares. El presidente del club se llama Federico Felippa quien accedió a
la presidencia en 2020 tras ser un hombre clave en la barra brava y manejar la
Subcomisión del Hincha. Y en reemplazo de Bringas colocó al entrenador Juan
Bazid, al que calificó como “un hombre de la casa” y que estaba trabajando en
la Reserva del club.
Esta situación increíble está a la espera de los
resultados que se obtengan de las pericias de los teléfonos y las computadoras
secuestradas en los allanamientos
que comenzaron a ser peritados esta mañana por los técnicos del Departamento
Científico de la Policía Judicial cordobesa. Hasta ahora Felippa y el resto
de los investigados se mantienen en silencio y en las redes sociales del club
sólo se hizo un posteo felicitando al plantel por haber llevado al equipo hasta
instancias finales y culmina con la siguiente frase: “Este es el camino
y el año que viene iremos por más, como siempre”. No se aclara si ese ir
por más tiene que ver con intentar subir a la Primera Nacional o por más
participación en los juegos de azar.
Hechos como este, se insiste, no es privativa de Atenas de Río Cuarto sino que es un secreto a voces que el mundo de las apuestas está matando el verdadero espíritu del fútbol. Lo llamativo es que se realizó en un sitio oficial, lo que permitió avanzar en una causa judicial. En su momento en la fiscalía de Lanús se había abierto una investigación similar por presuntas derrotas a propósito de El Porvenir para beneficiarse con las apuestas ilegales que tuvo cinco jugadores imputados y que terminó con la condena de un representante, Brian Simone, a seis meses de prisión en suspenso. En realidad el fiscal Martín Rodríguez, que llevó la causa, supuso que había dado con la punta de un iceberg gigantesco donde se juntaban futbolistas, representantes y directivos. Es más, había en la mira seis hombres vinculados a los derechos económicos y federativos de players de más de 20 equipos de las categorías menores del ascenso, pero hubo un pacto de silencio entre la mayoría de los protagonistas y así sólo se pudo dar con una persona responsable de aquel ilícito.