Por
Nicolás Fernández (@nicofernandezrelator)
Por estos días, en donde, al menos en lo
deportivo, la serie de Ángel Di María fue tema de charla, me surgió una
cuestión que actualmente en el mundo del deporte infantil y profesional es
moneda corriente: la frustración. Que en el caso particular de “Fideo” fue
motivo de resiliencia y motivación para superarse. Pero no todos son Di
María, no todos pueden tolerar los golpes por los objetivos no cumplidos y, en
muchos casos, muchas carreras y sueños se truncan.
La licenciada
Viviana Marilao es especialista en
desarrollo personal y gestión de proyectos y nos habló de la educación
emocional, una cuestión a la que cada vez más clubes están haciendo hincapié
para mejorar el rendimiento de sus deportistas: “Yo no soy psicóloga, soy
educadora, licenciada en gestión, y me especializo desde hace muchos años en la
educación emocional, aplicada a diferentes ámbitos”, aclaró Viviana en la
charla que mantuvo con la redacción de BHInfo.
“He trabajado en muchas escuelas que me pidieron hacer un proyecto educativo
complementario a lo académico, con el objetivo de evitar el bullying, los conflictos y esas cuestiones.
Y el training emocional en el
deporte es un enfoque que busca desarrollar la inteligencia emocional de los
deportistas”, agregó.
“La intención es mejorar este aspecto de
los atletas para potenciar su rendimiento y su bienestar general. Este training los ayuda a manejar sus
emociones, a fortalecer su mentalidad, a generar habilidades que puedan
complementar con su rendimiento físico. Es un proceso educativo que implica
tiempo y objetivos de aprendizaje claros que se establecen junto al deportista.
Puede ser una consulta individual o grupal y de ahí se establecen objetivos
específicos para ir trabajando. Fundamentalmente se trata de enseñarles a
identificar, comprender y manejar las emociones; todo lo que tiene que ver con
la ansiedad, la frustración, la presión o el miedo al fracaso que podrían
afectar en su rendimiento. O, mirándolo desde un lado más positivo, potenciar
habilidades, liderazgo, resolución de conflictos, control del estrés,
desarrollo de la resiliencia y demás”, continuó la profesional.
Sobre el tema central de la nota, la
frustración en el deporte, Viviana manifestó: “Es fundamental trabajar sobre
la frustración, tanto en el deporte como en otras áreas. Es una emoción
natural, que surge cuando una persona siente que no puede lograr algo que quiere
y en los chicos es algo muy común, que se visualiza, según la edad y el nivel
de madurez, con enojo, irritabilidad, desánimo, desmotivación, autocrítica o
directamente querer dejar de practicar el deporte para no volver a vivir esa
sensación. Nosotros debemos identificar la causa de esa frustración,
fomentar la mentalidad de crecimiento, modelar un enfoque positivo ante estas
situaciones. Hay técnicas que ayudan a trabajar esto y manejar esas
emociones. Con los chicos es distinto porque están en pleno desarrollo y
expresividad emocional. Se están formando, fortaleciendo, conociendo. Pero
en los jóvenes/adultos la frustración está más internalizada, tienen otro tipo
de frustraciones, los objetivos son a largo plazo, etcétera. Ahí se apunta
al autoconocimiento y al autocontrol; hay que transformar la frustración en
motivación para mejorar”, indicó.
En cuanto al trabajo que se está haciendo en
las instituciones deportivas, opinó: “En los clubes el acompañamiento
emocional ya está generando un fuerte avance, pero en muchos casos todavía no
tiene el lugar que merece. Pero si bien el enfoque tradicional está en lo
físico y técnico, cada vez hay más estudios que demuestran que el desarrollo
emocional y mental es clave para el éxito del equipo y el bienestar de cada uno
de sus integrantes. Los clubes de elite y las selecciones ya trabajan con
esto. Se me viene a la mente un caso de un gran deportista de un club muy
conocido, muy talentoso él, que por el hecho de estar lejos de sus seres
queridos se deprime y no puede rendir al máximo. No todos los conflictos se
vinculan a lo deportivo; puede ser algo personal o familiar que después
repercute en la cancha”.
Por último, la licenciada hizo foco en el trabajo emocional en los niños: “Con los más chicos, por ejemplo en los clubes de bajos recursos, el acompañamiento es limitado. En las ciudades no tan grandes también faltan profesionales. Todavía hay un largo camino por recorrer para que la educación emocional tenga el lugar que se merece, pero está abriéndose camino a paso firme, tanto en instituciones educativas y deportivas”, concluyó Viviana Marilao.