Por Nicolás Fernández
(@nicofernandezrelator)
Cuando me propusieron hacer una nota por el
Día del Locutor, en la primera figura
local que pensé fue en Raúl Oscar Degásperi. Seguramente mi pasión por el relato y las transmisiones deportivas se
acrecentó escuchando los partidos por LU2,
con los comentarios del inolvidable “Negro” Santiago. Y en esas emisiones
-se me vienen a la mente aquellos primeros años de Olimpo en Primera División- Raúl,
el locutor comercial, era gran protagonista. Con su impronta, su voz, su
léxico y su ritmo, porque es fundamental que el locutor “esté metido” en el
partido y se sume a la vorágine en la que vive inmerso el resto. Me pareció una buena oportunidad para
recorrer su trayectoria, así que ahí vamos…
Sobre sus
inicios, Raúl mencionó: “No crecí sabiendo que me iba a dedicar a la
locución, porque estaba estudiando agronomía. Me tocó hacer el servicio
militar y en ese momento alguien vinculado en los medios me dijo que estaban
buscando gente para trabajar en la radio. Me presenté, éramos tres los
candidatos. Era para hacer la madrugada en LU2, de 1 a 6, en un programa que se llamaba ‘Buenas noches Bahía Blanca’. Me preparé, practiqué un poco y por
suerte quedé. Al año empecé a hacer otros turnos, pasé a la tarde y así
fueron surgiendo alternativas”, recordó.
“Antes la
programación de la radio cambiaba según la estación del año. En el verano de
1978 con María Palma (Nazzaro, su mujer, también locutora) empezamos a hacer un
programa que se llamaba ‘La Sombrilla’,
donde teníamos corresponsales en las distintas localidades balnearias. Terminó
marcando una época y duró 20 años. Hasta el día de hoy hay gente que me
dice que fue parte de la audiencia de aquel programa”, continuó Degásperi en la
charla que mantuvo con BHInfo.
Volviendo a
la introducción de la nota, Raúl, un apasionado del deporte, revivió sus años
de transmisiones: “La locución comercial la llevo en el corazón. Cuando dejé
los programas de música me enganché con las transmisiones deportivas.
Siempre me gustó el deporte y en la radio hice de todo; fútbol, básquet, boxeo,
Midgets. Con el básquetbol a mediados de los 80 fuimos a transmitir el
Preolímpico de Brasil, en San Pablo, junto a Rubén 'El Conde' Coleffi y Rafael Emilio
Santiago. Y con el fútbol recorrí todo el país, siempre tratando de vivirlo
a pleno, poniéndole la mejor onda”, contó.
Después de tantos años brindándote por esta
profesión… ¿Se sigue sintiendo la misma pasión?: “Sí, sin dudas. Actualmente con María Palma
estamos haciendo la primera mañana de La
Brújula 24. Nos levantamos muy temprano, pero lo disfrutamos.
Después de tantos años, con ella somos un equipo. Somos una generación de
locutores donde nos enseñaron a respetar a la gente y a la radio”, subrayó.
¿Y el mejor recuerdo en la radio?: “Lo mejores recuerdos que te
deja esta profesión siempre están relacionados con la gente que te escucha.
Por suerte nos siguen pasando ese tipo de cosas y nos sentimos reconocidos. Por
ejemplo, hace 15 días María Palma recibió una medalla al mérito por sus 50 años
de trayectoria. Pero cuando alguien se acerca y nos dice ‘esas voces las
conozco’ es mucho más gratificante que cualquier premio material. El
contacto con la gente es lo más emocionante”.
Por último, Raúl nos dejó una frase: “Lo más importante es llegar a la gente. Siempre digo que la radio es el teatro de la mente’ Vos con lo que decís o expresás a través del micrófono le podés mover las fibras íntimas al oyente, que va a interpretar -a su manera- ese mensaje y lo va a valorar. Ese ida y vuelta para mí no tiene precio”, concluyó. ¡Feliz día, Raúl! ¡Y gracias por tantos años de compañía radial!