Preso en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero, donde cumple la
condena a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, Máximo Thomsen
(24) habló por primera vez de lo que sucedió ese 18 de enero de 2020 en Villa
Gesell en el que fue asesinado el estudiante de abogacía. “Estuve ahí,
participé y le pegué, pero nunca quise que pasara algo así”, dijo en referencia
al homicidio.
En una entrevista de casi dos horas concedida al periodista
Rolando Barbano, Thomsen dio su versión de los hechos, admitió haber pegado,
pero todo el tiempo buscó desmitificar la idea de que él y sus amigos querían
matar a Fernando. Sí, reconoció que no se representaron que podían asesinarlo y
señaló a Matías Benicelli como quien se peleó en el boliche con la víctima.
“Yo solo recuerdo que entré pateando (a la pelea). Yo no me
quiero esconder de lo que pasó, quiero que nos culpen por lo que pasó, no por
algo que dicen que pasó”, fue luego de pronunciar esta frase que Thomsen se
quebró en llanto.
Y siguió con la voz cortada: “Estuve ahí, participé, le
pegué, pero nunca quise que esto terminara así”. El llanto nuevamente
interrumpió sus palabras. “Es difícil, porque es un cargo de conciencia
importante, porque cuando uno no lo busca, no espera esta consecuencia”.
Condenado a prisión perpetua junto con Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Luciano Pertossi y Benicelli por el delito de homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con lesiones leves, brindó el reportaje cuya primera parte fue emitida esta noche por Telenoche en El Trece. Este miércoles saldrá el tramo final de la nota.
La idea de Thomsen, junto a su nuevo abogado, Francisco
Oneto, ex candidato a vicegobernador de La Libertad Avanza, es revertir la pena
dispuesta por los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Dolores. El
ex rugbier fue señalado como el líder del grupo y quien le dio la patada mortal
en la cabeza a Fernando Báez Sosa, cuando ya estaba inconsciente en el suelo.
En esa cruzada, el relato de Thomsen y los argumentos de su
defensor apuntan a derribar la premeditación, la figura que sostiene la perpetua.
Y en esa línea habló Máximo: “Era una persona joven, como nosotros. Cargar con
la conciencia de que sí, fue por culpa de nosotros, mía también... Pero nadie
lo quiso así. Estoy seguro: ni yo ni mis amigos, ninguno quiso que esto
terminara como terminó. Es una vida y nadie es quién para quitarle la vida a
una persona”. Otra vez se largó a llorar.
A sus espaldas, la cámara captaba la imagen de la Virgen de
San Nicolás dentro de una vitrina. Atrás había quedado su relato de su vida
antes de ese 18 de enero en Villa Gesell, cuando estudiaba para profesor de
educación física y se entrenaba en rugby con el Club Atlético San Isidro.
También sus veranos trabajando con su padre en riegos y el reconocimiento de
que cuando se iban a de vacaciones, el alcohol era su principal ingesta. “Si no
tomaba no me divertía. Lo hacía en exceso y era mi manera de divertirme”,
recordó.
Barbano le preguntó quién golpeó primero a Fernando esa
noche a la salida de Le Brique. “Primero Enzo (Comelli). Le pega porque le
había pegado a Matías (adentro del boliche). Le pegó y fui atrás, y me metí.
Siento una pila y empiezo a pegar patadas al aire”, respondió.
Y agregó: “Nunca lo agarré de los pelos, yo solo tiré patadas. No tenía noción de lo que estaba haciendo”. Para después desligarse del patadón en la cabeza de Fernando: “Yo no fui. Fue Ciro (Pertsossi), y se comprobó que esa patada no llegó nunca”.
Y profundizó desligándose de la culpa de no haber hablado
antes: “Después me enteré que yo sí le había pegado a Fernando. Es algo que pasó
y no me voy a esconder. Siempre quise contarlo, pero no me dieron la
oportunidad. Me decían que no porque era contraproducente y podría ser usado en
mi contra. Yo quería contar que había sido partícipe, pero no tenía intención
de que pasara eso”.
Remarcó sobre el tema e incluyó a los otros condenados, como si hablara por todos: “Podemos ser buenas o malas personas, pero ninguno de nosotros quiso que eso pasara. Es una vida, nadie es quién para quitarle una vida a una persona”