
River quedó sin margen de error. Afuera de la Copa Argentina y por ahora en
puesto de clasificación a la fase previa de la Libertadores, al equipo de Marcelo Gallardo le quedan
tres partidos del Torneo Clausura entre los que aparece resaltado el Superclásico ante Boca. Sin embargo,
antes está Gimnasia y el “Muñeco” sabe
que para ese partido tiene, por acumulación de amarillas, cuatro futbolistas al
límite: Lucas Martínez Quarta, Lautaro Rivero y Marcos Acuña.
Los tres defensores
se convirtieron en pilares del equipo y es
justamente la última línea que ellos componen junto a Gonzalo Montiel la única
que alcanzó cierta solidez en un año plagado de irregularidades y cambios.
Por eso, Gallardo elegiría asumir el riesgo
de que alguno sea amonestado y se pierda la visita a La Bombonera.
Sucede que los 3 puntos ante el “Lobo” son fundamentales para mantenerse en la lucha de la tabla anual por un lugar en la próxima Libertadores, además de la búsqueda de garantizarse la clasificación a los octavos de final del Clausura. Por eso, aunque hoy el DT cree que Acuña no tiene reemplazante en el plantel (Milton Casco está muy bajo y frente a Talleres llegó a apelar a Rivero de “3”), irá con lo mejor que tiene a disposición.
La zaga central presenta una alternativa confiable en Paulo Díaz, pero lo cierto es que la dupla que Martínez Quarta y Rivero consolidaron en los últimos partidos le dio a River una presencia y una firmeza que había perdido. Si alguno de los dos ve la quinta amarilla, el chileno seguramente será titular en La Boca.
En el peor de los escenarios (los tres jugadores llegan a la quinta amonestación), Gallardo podría apelar a Sebastián Boselli y los mencionados Paulo Díaz y Casco. En ese caso, también contaría con la posibilidad de retrasar a Juan Carlos Portillo, que ya rindió como primer marcador central en River y que se adapta muy bien a la posición de lateral izquierdo. De todos modos, esta es una opción que en Núñez no quieren ni considerar.