En las últimas horas
la Justicia de nuestra ciudad determinó prohibirle a Jonathan Luna, el
femicida de Micaela Ortega, el acceso a las redes sociales, ya sea desde un
celular o cualquier otro dispositivo. El fallo fue dictado por el juez de
Ejecución Penal N° 1, Claudio Brun, a partir de una presentación realizada por
Mónica Cid, madre de la víctima.
Cabe recordar que, en
agosto pasado, la noticia indignó a la ciudadanía bahiense: es que el asesino
de Micaela le envió una serie de mensajes a Mónica a través de diferentes aplicaciones,
pidiéndole perdón por el aberrante crimen cometido en abril de 2016.
“Espero que algún día pueda perdonarme”, escribió. Luego, envió un mensaje similar: “Espero
algún día usted me pueda perdonar”, al que le agregó que “hoy estoy pagando mi
error”.
A su vez, según
información a la que accedió en ese momento BHInfo, Luna
solicitó, a través del Comité contra la Tortura de la Provincia de Buenos Aires, que se le garantice el derecho para poder conversar con la familia a través de
un teléfono fijo.
EL CASO MICAELA
La tristeza y el calvario para la familia de Micaela
Ortega comenzó el 23 de abril de 2016. Ese día, la nena de 12 años salió de su casa del barrio
Noroeste, motivada por un criminal que la había engañado escondiéndose detrás de
un falso perfil de Facebook. Nunca regresó. Una vez hecha la denuncia de
rigor por averiguación de paradero, desde entonces se montaron múltiples
rastrillajes y operativos para dar con ella. Todos con el mismo resultado:
negativo.
El caso acaparó rápidamente los medios de comunicación. Mientras los días pasaban, la angustia se
acrecentaba. Había transcurrido un mes y la búsqueda seguía sin rumbo, hasta
que se incorporó a la causa información de parte del National Center for Missing & Exploited Children, un
organismo sin fines de lucro de Estados Unidos que trabaja a nivel mundial
contra la pedofilia y que colabora con la Justicia en este tipo de casos.
A partir de los
datos aportados, los investigadores conocieron que Jonathan Luna, un hombre
por entonces de 26 años y que vivía en Ingeniero White, había contactado a
Micaela a través de la mencionada red social haciéndose pasar por una niña de
su misma edad. En consecuencia, la Justicia ordenó el allanamiento a esa
vivienda. Allí se encontraron el celular y la campera de la menor. Luna fue
detenido y, comprometido por las pruebas en su contra, se quebró: confesó el
asesinato y reveló el lugar donde había escondido el cuerpo.
Así, a poco más de un mes de la desaparición, el 28 de mayo, Micaela fue encontrada estrangulada con una remera y golpeada en la cabeza en un descampado en las afueras de la ciudad, en un lugar lleno de arbustos y pastizales localizado cerca de la Ruta 3 y a pocos kilómetros de General Daniel Cerri.
Posteriormente, el
fiscal de la causa, Rodolfo De Lucía, determinó que el acusado tenía cuatro
cuentas de Facebook, y a través de una logró organizar y concretar un encuentro
con Micaela. De ese modo fue como, tras el encuentro y según la
reconstrucción de la investigación, la niña y Luna caminaron unos
Luna era un viejo conocido de la Justicia. De hecho, cometió el crimen de la menor mientras estaba prófugo, ya que se había escapado en 2014 durante una salida transitoria mientras se encontraba purgando una condena por robo calificado en la provincia de Río Negro. Finalmente, el 19 de octubre de 2017 fue condenado a prisión perpetua -una sentencia acorde con la que habían solicitado la fiscalía y la querella- en un juicio histórico, ya que se trató del primero por grooming seguido de muerte en Argentina.