Pese a la fama de protocolar, corte ortodoxo y hasta si se
quiere parco, el cónsul Juan Armando Andrada, máxima autoridad española en Bahía
Blanca y el sur argentino, no veía con malos ojos expedirse respecto al corto
circuito generado tras los dichos de Milei sobre la primera dama de su país.
Sin embargo en las últimas horas una bajada de línea
tajante, la cual llegó desde el Consulado General pero atiende demandas del
mismísimo Pedro Sánchez, lo hizo dar marcha atrás, y finalmente no emitir
opinión.
Es que la administración ibérica sencillamente les prohibió
a todos sus cónsules y demás miembros de organismos internacionales referirse
con la prensa de lo que viene ocurriendo. Esta acción va de la mano con la
retirada de la embajadora María Jesús Alonso Jiménez, quien el domingo voló a
Madrid y de momento no le han pedido que regrese.
Mucho peor, en las últimas horas el ministro de Asuntos
Exteriores, José Manuel Albares, ha anunciado que España retirará
“definitivamente” a su embajadora en Buenos Aires, después de la negativa de
Javier Milei a disculparse por sus declaraciones sobre Pedro Sánchez y su
esposa, Begoña Gómez.