Pasan los días, el dolor sigue a flor de piel, pero poco a
poco Daiana consigue ponerle palabras a los sentimientos y con eso, en parte,
logra canalizar tanta ira contenida por el violento episodio que debió
atravesar su hermano de 10 años por culpa del “Sátiro roba niños” del barrio Noroeste.
En diálogo con la redacción de BHInfo la joven sostuvo que “vivimos
a tres cuadras de la casa de este tipo. Uno de los amigos de mi hermano vive al
frente de esa casa pero nunca lo había visto antes. La verdad es que nosotros
tampoco lo conocíamos”.
Y sobre cómo siguió todo tras ese hecho, aseguró que “pocos
vecinos están a nuestro favor, otros miran desde lejos y me asombra muchísimo
eso porque son padres. Una de las personas de esa cuadra me atajó justo, porque
sino te aseguro que lo desfiguraba. Era lo único que quería”.
Del mismo modo refirió que “una de las hijas me pidió disculpas.
Solo una. Ojalá algún día salga a hablar o declare, porque mi corazón siente
que tiene mucho para decir. Ojalá no me esté equivocando”.
En otro pasaje de la charla, y sobre cómo se encuentra su
hermano tras el momento traumático que le tocó atravesar, mencionó que “hasta
ahora bien. Ayer ya estuvo con la psicóloga. Va bastante bien. Solo nos queda esperar
a ver cómo sigue todo esto”.
La vivienda de calle Belisario Roldán al 2100 ya no cuenta
con custodia policial, y solo de vez en cuando pasan rondines. Es por eso que
según mencionó Dai, “hay vecinos que quieren prender fuego la casa y a mí me
parte el alma porque sé que atrás vive su hija con las nietas de este viejo,
que no tienen nada que ver y es lamentable que paguen por este hijo de puta”.
Por último, y viendo en perspectiva, reflexionó que “si
hubieran denunciado que últimamente estaba violento, que era borracho, capaz
esto no hubiera pasado. La policía actuó bien. Hizo su trabajo. Nos acompañaron
y nos explicaron que más no podían hacer. Que todo está en manos de la justicia”.